Hazaña de Yareth / Historia Ficticia
Se oían los choques metálicos de los combatientes desde el pueblo, lo que asustaba a sus habitantes.
Ambos bandos estaban agotados y sus números bajaban. Los asaltantes estaban dudando y su líder tirano había sido asesinado.
Yareth, quien urdió una estrategia y logró la victoria, recibió tres flechas en la espalda por parte del líder enemigo antes de morir.
Aún se oían metales chocando junto con gritos de adrenalina y horror mezclados. Ya habían luchado por seis horas, pero aun así lo que quedaba de los asaltantes se negaban rotundamente a caer.
-¡Señor Yareth! ¡Por favor, resista! –decía uno de los soldados que cargaba a Yareth de regreso al pueblo.
Yareth veía a su alrededor mientras era cargado entre cuatro soldados. Había miles de cadáveres en el suelo, algunos rostros reconocibles, otros no, junto a todo tipo de armamento y más allá estaba el grupo restante combatiendo contra lo que quedaba del enemigo. Levantó la vista y con sus ojos entre abiertos veía cuervos acercarse a la multitud de cadáveres.
Su respiración se hacía cada vez más débil y su vista más borrosa; sin embargo, Yareth se sentía orgulloso de sí mismo por haberle conseguido la victoria a su pueblo, por lo que sonreía débilmente.
Finalmente, cerró sus ojos y sintió quitarse un peso de encima.
-¡Señor Yareth! –gritaban los soldados.
-Estoy vivito y coleando, déjenme cerrar los ojos –contestó él con tenue voz.
Al cabo de unos minutos llegaron al pueblo y fueron directo a la casa del jefe, donde esperaban su esposa e hijo, quienes reaccionaron con horror y angustia por el hombre caído. Un doctor se les había unido a los soldados en el camino y examinaba a Yareth.
-…Lo siento –dijo el doctor.
Los soldados bajaron sus rostros y su familia lloraba.
Yareth no comprendía la situación –Docto, pero pued- - se percató de su incapacidad para mover su cuerpo.
Su vista, que ya estaba nublada, comenzó a oscurecerse desesperándolo. Yareth comenzó a ver entre destellos su vida, una vez que los veía y pasaban, los olvidaba. Vio cuando se casó con su amada, el desenlace matrimonial, cuando acunó a su hijo, cuando terminó la construcción de su casa en el pueblo, finalmente su última batalla y la cara del tirano mientras tensaba su arco.
El sentido de la vista de Yareth ya no estaba, él aún escuchaba los lamentos de su esposa y el llanto reprimido de los soldados; sin embargo, él ya no reconocía las voces. Posteriormente, oyó sábanas y las voces alejarse para luego dejar completamente sus sentidos.
-“No puedo ver nada, tampoco siento… nada” –pensaba él mientras intentaba recuperar el sentido de su vista.
Cuando finalmente se rindió, su vista comenzó a aclararse, abrió sus ojos y observó un techo desconocido. Se levantó de una cama donde nunca había estado, miró a su alrededor, estaba en una habitación irreconocible, se percató de un mirador posterior a unas cortinas de tela, caminó hacia ellas y vio extrañas edificaciones que jamás había visto.
-¡Yuma! ¿Qué estás haciendo? –dijo una mujer tras haber abierto la puerta detrás de él y cargarlo.
Entonces, los recuerdos de Yareth se desvanecieron y contestó -¿Mamá?
¡Esa fue una gran hazaña! Bien hecho, Yareth... Si les ha gustado la historia pueden darle el like que tanto se aprecia ;) Bye!
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excelente post sigue asi
Muchas gracias @victartex :D