A mi dedo se lo llevó la diabetes, pero me dejó una historia.

Hola mis estimados amigos Steemians, hoy quiero presentar un escrito que describe totalmente lo que viví ya hace un tiempo con mi abuelo de ochenta y siete años, cuando debido a una pequeña herida en su pie derecho y a su condición de diabético el médico tomó la decisión de amputar su dedo pequeño. Esta historia se repite a nivel mundial, ya que se debe tener en cuenta que cada treinta segundos, es probable que al menos una persona haya perdido parte o la totalidad de un pie o una pierna por culpa de la enfermedad del pie diabético.

Mi abuelo es un hombre mágico y lleno de vida a pesar de sus años, Manuelito (como yo le digo), es un inmigrante que llega a Venezuela a los 19 años desde Portugal, con la esperanza de descubrir en Venezuela un hogar y una patria, la cual encontró. Él es un espíritu libre que cultivó y trabajó con sus propias manos más de 60 años la tierra prometida "Mi hermoso paraíso" como el mismos llama a Venezuela.

Mi abuelo es tan original y único que tenia que escribir lo que para mí significaba su dedo y lo mucho que lo apreciaba, no solo por él, sino por todas las personas que están pasando por situaciones similares.

MI DEDO

Mi dedo, ha pasado desapercibido, pero ha cumplido su misión.

Me vio nacer y ahí estuvo tranquilo y sin moverse.

Mi dedo, no dio de que hablar. Ni salvo a una multitud de ser aplastada.

Mi dedo no tocó el cielo, pero si el mar. Mi dedo, no evitó una catástrofe.

Mi dedo, nunca sufrió un desamor. Menos una borrachera.

Mi dedo sólo sabe de golpes y de equilibrio.

Mi dedo sabe de texturas distintas.

Mi dedo sabe de libertad.

Trate de no tenerlo encerrado mucho tiempo.

Mi dedo sabe de sudor.

Pero nunca, mi dedo dio de que hablar.

Hasta hoy.

Mi dedo se fue, como llego, calladito y sin dolor.

Se fue como se van los grandes, dejando pocas pero buenas historias.

Mi dedo ahora no existe y por ende todos hablan de él.

Pero mi dedo lo sigo sintiendo yo, lo sigo extrañando yo, lo sigo viendo yo.

Mi dedo siempre será mío, así no esté, así no lo veas.

A mi abuelo, gracias a ti hoy yo estoy aquí.
A todas las personas que han pasado por una situación similar y a sus familias.

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El soporte fotográfico es de mi propiedad.