14 de febrero | ¿Qué pasa con el amor real?
He notado que este día se ha convertido en una verdadera construcción social, lo que provoca que todos se sientan obligados a celebrar algo que en realidad es permanente. Las expectativas para hoy, sobre todo si tienes pareja, son altísimas. Se planea con antelación lo que se va a hacer, dónde se comerá, qué regalar, entre otras tonterías. La escenificación del amor está de moda: se ha perdido la acción de sentirlo de verdad. Las cosas dejan de hacerse desde el corazón, te condicionas para el 14 de febrero.
Se ha desvirtuado el verdadero significado de lo que es amar, el enamorarse de la forma más pura que existe: con honestidad y vulnerabilidad. Con esto último me refiero a que la sociedad nos ha llevado a no expresar lo que sentimos, a avergonzarnos, a ese tan odioso “voy a esperar que me escriba primero, no quiero que piense que me gusta o que estoy desesperad@”. ¡¿Por qué?! ¿Y si te rechaza te vas a morir? Importa más el qué dirán que lo que uno siente.
Estamos en una sociedad “moderna” donde el amor es un tabú, donde se han mecanizado las emociones, donde las demostraciones de afecto son vistas como inhumanas. Cuando lo normal, como seres humanos que somos, es ese contacto amoroso, ya sea físico o verbal. Ahora todo se reprime, se critica o se esconde. Estamos en una sociedad que grita libertad, pero si ven a alguien libre se espantan y lo excluyen. El amor te hace libre.
Creo que el estar en pleno apogeo tecnológico influyó en las relaciones sentimentales de manera muy negativa, nos hemos visto empujados por la inmediatez y el amor no se trata de eso. El amor se construye poco a poco, se cultiva todos los días, se cuida, se respeta, lleva su tiempo. Las cosas “inmediatas” no perduran ni son permanentes. La tecnología le ha restado importancia y seriedad a la construcción de estas relaciones hasta hacerlo parte de nuestra cultura.
Lo que ha ocasionado un miedo impresionante a entregarse de lleno a quien amamos y a sentirnos débiles si dejamos ver algún rastro de apego con esa persona. ¿Suena ridículo verdad? Pero siempre lo hacemos, actuamos así de modo inconsciente. Al final, el amor es infinito y es una energía que permanece siempre en todos nosotros. No necesitas un día en específico para demostrarlo. No necesitas temerle. Sé valiente y ¡manifiéstalo todos los días!