El Poder de las Palabras

in #spanish7 years ago

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El joven discípulo de un sabio filósofo llega a casa de éste y le dice:

"Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia, dicen que..."

"¡Espera!" lo interrumpe el sabio, "¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?"

"¿Las tres rejas?"

"Sí." continuó el sabio, "La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?"

"No. Lo oí comentar a unos vecinos"

"Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?"

"No, en realidad no. Al contrario..."

"¡Ah, vaya!" respondió el sabio, "La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?"

"A decir verdad, no"

"Entonces," dijo finalmente el sabio sonriendo, "si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido".

Fuente: Origen desconocido. Algunas veces atribuido a Sócrates.


Durante la revuelta decembrista de 1825 en Rusia, el líder reformista y revolucionario Kondrati Ryléyev fue capturado por las fuerzas imperiales del zar cuando la rebelión fue aplastada, siendo condenado a la horca junto con sus camaradas. Cuando se abrió la trampa debajo de sus pies para acabar con la vida de aquellos hombres, la cuerda se rompió y tres rebeldes, entre ellos Ryléyev, simplemente cayeron al suelo permaneciendo con vida. En aquella época, hechos como éste eran considerados como señales de la providencia y la divinidad, y el hombre que se salvaba de esta forma solía quedar indultado. No obstante, cuando Ryléyev se puso de pie, le hizo un grito a la muchedumbre aclamando "¿Ven? En Rusia no hacen nada bien… ¡Ni siquiera son capaces de fabricar una buena soga!", palabras que enfurecieron con creces al zar, quien dispuesto a probarle lo contrario, rechazo el perdón y pidió que procedieran con nuevas cuerdas. Al día siguiente Ryléyev y sus camaradas fueron nuevamente enviados a la horca, pero esta vez no corrieron con la misma suerte.

Muchas son las consecuencias de no medir nuestras palabras y saber cuándo quedarnos callados. Las palabras de Ryléyev no fueron ni verdaderas, ni buenas, ni necesarias, no obstante, le valieron la vida. Algo que usualmente no tomamos a consideración, es que, las cosas que queremos decir no siempre quieren ser escuchadas.

El poder de la palabra es grande, y promete beneficiar a los que la saben usar como perjudicar a quienes no. Esto no quiere decir que nos debemos hacer un nudo en la lengua y mantenernos con la boca cerrada todo el tiempo, simplemente sirve como muestra del valor y la repercusión que pueden tener nuestras palabras y las cosas que decimos a la hora de hablar, porque una vez que las palabras salen de nuestra boca, no hay forma de volver hacerlas entrar.

"No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice."
Joaquín Salvador Lavado Tejón, alias "Quino". Creador de Mafalda

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La verdad es que me impresionó 🙂 . Buen trabajo bendiciones .

La parábola de las tres rejas la había escuchado, sin embargo, no conocía esta historia sobre Kondrati Ryléyev, y me ha hecho mucha gracia cuando la he leído. Por cierto, me gustaría preguntarte si tu idioma natal es el español o el inglés. Un saludo.

Mi idioma natal es español, puesto que soy venezolano, aunque también hablo ingles. Saludos y gracias por pasar!