Noruega y Venezuela: dos modelos diferentes basados en un mismo recurso.
Cuando nació la industria petrolera, localizar yacimientos era algo mucho más simple y sencillo de lo que es ahora, ya que solo eran explotados aquellos yacimientos que eran descubiertos por azar, es decir, eran yacimientos mayoritariamente superficiales, no obstante, gracias al aumento de la importancia que este recurso fue cobrando debido principalmente a la industrialización y a las nuevas formas de emplear dicho mineral, se terminó generando un desarrollo intensivo en los métodos y formas de realizar la exploración y extracción de nuevos yacimientos, hasta el punto en el cual el proceso se transformó en una verdadera ciencia.
Sabemos que para la humanidad y para la sociedad industrializada, el petróleo significa algo de mucha importancia, pues probablemente no podríamos encontrar otro recurso que simbolice de mejor forma en lo que la sociedad se ha convertido. El mercado del petróleo es muy competitivo, sí, también es un mercado bastante especializado y que cuenta con altos niveles de formación técnica, es un mercado competitivo y duro como ningún otro, que posee mucha gente competente trabajando en él, y que su precio está marcado moderadamente por la oferta y la demanda, pero también es cierto que, usualmente, la gran riqueza obtenida por este recurso natural no renovable va a parar o bien a manos de un grupo de personas que ha recibido privilegios y que acaparan toda la riqueza, o a manos de políticos corruptos que tienen quebrados a toda una sociedad mientras que extraen continuamente los recursos.
El objetivo que persigo con esta publicación, es hacer un contraste entre lo positivo y lo negativo que puede ser para una sociedad el hecho de poseer un recurso tan importante para la economía global. Una vez John D. Rockefeller dijo: "El mejor negocio del mundo es una compañía petrolera bien administrada. El segundo mejor negocio del mundo es una compañía petrolera mal administrada". Aunque no soy precisamente un entusiasta de Rockefeller, partiré de esta premisa para realizar una comparación entre Noruega y Venezuela, y las diferentes maneras en las que han utilizado este recurso natural no renovable.
CASO VENEZUELA
Aunque la explotación comenzó a realizarse formalmente en la época colonial, la actividad petrolera en Venezuela data desde la época pre-hispánica cuando el petróleo era usado únicamente para para calafatear e impermeabilizar las embarcaciones. A pesar de que se conocía del potencial petrolero de Venezuela desde siglos atrás, no fue sino hasta inicios del siglo XX que se comenzó a explotar de forma industrializada, esto gracias al Código de Minas para la Nación que se estableció en 1904, y que delegaba al Presidente la facultad de otorgar concesiones para explorar y explotar petróleo sin la necesidad de consultar previamente al Congreso. Esto último es de vital importancia, ya que en aquellos años, en Venezuela, nadie contaba con el conocimiento técnico para desarrollar la explotación de estos recursos, y mucho menos con los recursos financieros, por dicho motivo era indispensable la participación extranjera. No obstante aquí se origina el primer error de Venezuela en cuanto a su administración; Las concesiones, que eran entregadas arbitrariamente por el Presidente, fueron entregadas a sus amigos más cercanos, y luego eran estos amigos quienes se encargaban de renegociar las concesiones con compañías extranjeras. Esto evidentemente se presta para la corrupción, y para la formación de una clase de personas privilegiadas por el Estado.
Después de los primeros veinte años de exploración y explotación de petróleo por parte de las concesionarias extranjeras, Venezuela se convirtió en el mayor exportador de petróleo en el mundo, y en el segundo mayor productor de petróleo, solo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, todo este desarrollo industrial en el sector petrolero, fue administrado con poca astucia, haciendo que el aumento de la producción petrolera fuera en detrimento del resto de los sectores económicos del país, como por ejemplo, el sector agrario, lo que limitó la facultad del país para desarrollar y mantener otras industrias.
Hace 40 años dos economistas noruegos identificaron el proceso rentista petrolero y lo bautizaron como el efecto Venezuela: "En la medida en que recibas una renta, esa renta determina tus precios internos. Los precios internos, alimentados por esa renta, no te permiten el desarrollo de la producción".
Venezuela hizo a toda su economía dependiente de los ingresos petroleros, no diversificó su producción y lo único que puede ofrecer al mercado internacional a un precio competitivo es oro negro. Así que la economía de Venezuela crece solo si los ingresos de petróleo aumentan, y entra en recesión si los ingresos del petróleo disminuyen.
En 1960, como respuesta directa a los bajos precios del petróleo, por iniciativa del Gobierno de Venezuela se crea la OPEP, con el objetivo de controlar y estabilizar el precio del barril de petróleo, cosa que momentáneamente pudieron lograr con relativo éxito, mediante la implementación de cuotas de exportación.
En el siguiente gráfico se muestra como posterior a la creación de la OPEP, los precios del petróleo se mantuvieron más altos.
En definitiva, la competencia de libre mercado desapareció de este sector, y se instauró mucho control en el sector petrolero, Venezuela comenzó a especular con el precio del petróleo en lugar de tratar de desarrollar otros sectores de su economía. Todo este proceso lo único que consiguió fue volver al país más dependiente de la renta petrolera.
En los años setenta, Venezuela comenzó un progresivo proceso de nacionalización, decretando la ley de reversión, que establecía que todos los bienes, equipos e instalaciones pertenecientes a las empresas concesionarias se revertirían a la nación, sin compensación, en el momento en el que expirasen de la concesiones. Fue así como en 1976 Venezuela nacionaliza la industria petrolera y crea PDVSA, la estatal venezolana de petróleo, y todas las compañías extranjeras que una vez realizaron sus actividades en el país fueron reemplazadas por empresas venezolanas filiales de PDVSA, que pasó a controlar toda la actividad de explotación de hidrocarburos en Venezuela. Posteriormente, en 1980, PDVSA adquirió Citgo.
Venezuela tiene entre sus mayores activos internacionales a la empresa Citgo, ubicada en los Estados Unidos de América, de la cual es propietaria del 100%, y mediante la cual posee ocho refinerías en Estados Unidos, la de Corpus Christi, en Houston, en Illinois, en Nueva Jersey, en Sweeny, en Lousiana, en Savannah, y en Georgia; también es propietaria de la Ruhr Oil en Alemania, de la cual posee un 50% de acciones, y de la empresa Nynäs Petroleum en Suecia, en la cual tiene participación a partes iguales con la empresa petrolera de Finlandia, Neste Oil Corporation. En mayo de 2010 PDVSA además adquirió el 49% de la única refinería de República Dominicana, conocida como Refidomsa.
Con la nacionalización de la industria petrolera se centralizaron las actividades de exploración y producción de petróleo, haciendo que toda la conducción petrolera fuera guiada por la junta directiva de una sola compañía, la estatal venezolana de petróleo PDVSA. Además, debido a que la expansión internacional fue llevada a cabo de forma desbalanceada, invirtiendo mayoritariamente en el mercado norteamericano, generó que el 65% de la exportación petrolera tenga como destino a los Estados Unidos, lo que los hace a Venezuela dependiente del ritmo de la economía de este país.
En los años 90 la política exportadora de la OPEP comienza a fallar debido a que los integrantes de la organización no cumplen con las cuotas a las que se habían comprometido, lo que genera un desplome en el precio del petróleo. Es en este momento cuando Venezuela intenta mediante una política denominada "Apertura Petrolera" conseguir inversión extranjera, dando a empresas como ExxonMobil, Royal Dutch Shell, ConocoPhillips, Chevron, Total, entre otras, la oportunidad extraer recursos de la nación, siempre que permitiesen la participación de PDVSA como accionista minoritario. No obstante, tras la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de la República de Venezuela, se pone fin a la política de la "Apertura Petrolera" y se intenta revivir la política de control de mercado establecida por la OPEP, cosa que tiene muy buenos resultados económicos para los países exportadores, pues el barril de petróleo alcanza máximos históricos.
A pesar de que Venezuela tiene mucho potencial para la expansión de la capacidad productiva, no han demostrado poder desarrollar nuevos yacimientos de petróleo desde la nacionalización de los proyectos de petróleo pesado en la Faja Petrolífera del Orinoco.
A pesar de que por un tiempo PDVSA pudo mantenerse relativamente al margen del control estatal, a medida que fueron avanzando los años, la intervención del Estado en los asuntos propios de la administración de la empresa terminó por volverla improductiva, haciendo que la empresa aumentara su personal de 30.000 a 150.000, es decir, quintuplicó la cantidad de trabajadores, sin embargo, la producción disminuyó, y debido a que los ingresos petroleros fueron usados directamente para intervenir en la economía y principalmente para subsidiar de distintas formas tanto a los sectores empresariales, como a los ciudadanos, la dependencia del petróleo aumentó, haciendo que el rumbo de toda la industria se viese comprometido por factores políticos que nada tienen que ver con la administración de un negocio.
En la actualidad, la industria petrolera venezolana se encuentra sin posibilidad de aumentar su producción, con costos operativos increíblemente altos, con falta de mantenimiento a las instalaciones, totalmente endeuda, y con toda una nación que depende de ella. En definitiva, se aplicó a la perfección la Ley de Murphy, todo lo que podía salir mal, salió mal. De esta forma, el petróleo mal administrado más que en una solución se convirtió en una desgracia.
CASO NORUEGA
A diferencia de del caso venezolano, donde se conocía la existencia de petróleo desde siglos atrás, en el caso de Noruega el descubrimiento del petróleo no sucede sino hasta finales de la década de los años 60. Desde entonces, Noruega parece haber aprendido de todos los errores cometidos por el resto de países exportadores de petróleo, y en consecuencia, ha aplicado una política diametralmente opuesta.
Mientras que en Venezuela sobran los fondos para gastar todos los ingresos petroleros, en Noruega diseñaron un Fondo de Petróleo, con el objetivo de invertir los ingresos petroleros, y así sacar un mayor provecho al petróleo, además de que les permite asegurar los beneficios para sus futuras generaciones.
Los recursos de este Fondo son invertidos en el exterior y sus rendimientos son utilizados como complemento del Presupuesto Nacional, de tal manera que se evita la inyección desmesurada de capital proveniente del petróleo, evitando la inflación y la dependencia de exportaciones que caracteriza a la economía venezolana, ya que el país nórdico utiliza los ingresos petroleros como forma para estabilizar la moneda nacional y mantener la inflación relativamente baja, cosa que es posible debido a que existe un estricto control que impide que el gobierno de turno pueda gastar arbitrariamente la renta del petróleo. Para evitar un impacto negativo, Noruega no invierte en compañías que operen dentro de su territorio, así que solo invierte en compañías que realizan actividades en el extranjero, para posteriormente realizar un análisis sobre el impacto que puede generar la inyección de los rendimientos de dichas inversiones en el Presupuesto Nacional.
Al no financiar el déficit fiscal con emisiones de dinero por parte del Banco Central, el gasto del gobierno noruego no tiene un efecto negativo sobre la inflación, de tal manera que todo el mecanismo sirve para armonizar la política fiscal y monetaria, asegurando tasas de interés que estimulen la inversión y manteniendo la inflación baja, es decir, los ingresos petroleros son usados de forma totalmente opuesta a la de Venezuela, teniendo a su vez el resultado totalmente contrario. De igual manera el mecanismo empleado por Noruega evita la sobreapreciación de la moneda nacional, cosa que tendría un impacto negativo en la competitividad de las exportaciones y mermaría los esfuerzos productivos, como precisamente sucedió en Venezuela en los años 50, cuando la moneda nacional se apreció tanto, que el país se convirtió en importador de prácticamente todo tipo de bienes y servicios, impidiendo así que se desarrollara la industria interior.
A diferencia del caso Venezolano, donde las inversiones extranjeras fueron dirigidas a aumentar la dependencia del petróleo, en Noruega se invierte en distintos tipos de compañías, que producen diferentes bienes y servicios, de tal manera que por seguridad y diversificación, el Fondo de Noruega no puede poseer más del 5% de las acciones de una compañía.
Como hemos visto, los caminos tomados por ambas naciones no podrían ser más diferentes, pero las diferencias en el aspecto meramente económico no solo se mantienen en el aspecto petrolero, sino que se trasladan a toda la concepción de la economía. Mientras que en Venezuela nunca han sabido lidiar con la inflación y la deflación, en Noruega lo han hecho muy bien, mientras que Venezuela apuesta por cada vez más intervencionismo Estatal, en Noruega apuestan por mayor libertad económica, mientras que en Venezuela las políticas sociales están orientadas a subsidiar a las personas, en Noruega las políticas sociales están orientadas en complementar a los individuos. Los resultados de ambos modelos son fácilmente apreciables, solo hay que echar un vistazo para notar la gran diferencia.
Entonces...¿tenía razón Rockefeller?
Pues creo que algo de razón había en aquella frase, la pregunta que yo planteo es ¿para quién? ¿Para quién es un buen negocio? Una empresa petrolera bien administrada es un negocio para toda la sociedad, ya que una buena administración no es solo ganar mucho dinero, sino ganar en todos los sentidos, la industria recibe el recurso que necesita, la seguridad ambiental debe ser prioridad y el dinero es usado para conseguir el mayor beneficio social de una forma sustentable, por otro lado, un empresa petrolera mal administrada será un gran negocio para aquellos que se encuentren en posiciones privilegiadas, para los corruptos y para los gobiernos opresores que consiguen financiación mediante este mecanismo.
Venezuela nunca ha sabido aprovechar el petróleo, la bendición negra se nos fue a la maldición negra... Actualmente ya ni mucho producimos y quieren sustituirlo con la minería que arruina nuestros ecosistemas.
Lamentablemente así es.
Muy buen post hermano, la competencia es la piedra angular de una buena economía. Cuando la limitamos con malditas leyes iservibles y proteccionismos contibuimos a detrimento de todo su potecial de manera sostenida y exponencial. Es la regla básica para todo que no parece comprenderse.