¿Vivimos realmente en democracia?
Vivimos en un mundo democrático, en donde el pueblo es el soberano y es partícipe directo o indirecto de todas las decisiones tomadas por el gobierno de su país, en donde las personas toman un rol de liderazgo y son determinantes en la elección de un camino hacia el futuro, y en donde todos y cada uno de nosotros tenemos un rol preponderante en la política nacional… o al menos eso es lo que nos quieren hacer creer.
No importa en qué país del mundo vivas, te gobierne un presidente, un rey o un dictador, lo más seguro es que el Estado que manda por sobre tu cabeza se autodenomine democrático, de hecho, la fachada de democracia es tan importante para la política internacional, que tan solo 6 estados en el mundo no se autodenominan democráticos (Arabia Saudita, Brunéi, Fiyi, Emiratos Árabes Unidos, Omán y la Ciudad del Vaticano).
Hay democracia representativa, democracia directa, semidirecta, liberal, popular, y demás adjetivos que suenen pegajosos e inspiren emociones positivas en las cabezas de las personas.
Los gobiernos occidentales, se autoproclaman democracias liberales, y no reconocen la democracia China, esta última por su parte, se titula como democracia ilustrada, y culpa a las democracias occidentales de decadentes. George Orwell decía que "los defensores de todo tipo de régimen aseguran que el suyo es una democracia", y esto se aplica en el caso de China… como también en el de Occidente.
Antes dictar si es o no es, o si existe en teoría o en práctica la democracia en algún país, primero echémosle un vistazo a los principales tipos de democracia que existen, y digo principales, porque cualquier persona puede idear en su cabeza, ya sea por estudio o epifanía, una nueva forma de organización social y titularla democracia, como es común en la política moderna, y colocarle al lado un adjetivo que suene bien, algo así como "democracia protagónica y revolucionaria".
Democracia
La democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía, a pesar de que en sus inicios en la Antigua Grecia y en las primeras democracias modernas no se incluía como ciudadanos a las mujeres, a los esclavos y en algunos casos hasta las a personas de diferente etnia u religión, en la actualidad es imposible e impensable un sistema democrático sin sufragio universal.
En Occidente, la democracia ha degenerado en su versión representativa, y en la cual pierde el valor esencial de su existencia y objetivo, el cual es darle el poder a la población, en cambio, en la democracia representativa el pueblo elige a personas a la cuales le delegan su poder como soberanos. Actualmente, existen dos países con una versión de la democracia representativa en la cual se intenta rescatar un poco más el objetivo originario del sistema, estas son las democracias semi-directas vigentes en Suiza y Liechtenstein, en la cual la población tiene la opción de participar directamente en la gobernanza mediante diferentes formas de acción popular, como los referéndums vinculantes, las iniciativas de legislación popular, la posibilidad de un revocatorio de mandato a los cargos de elección publica, plebiscitos y algunas otras consultas públicas.
Por su parte, en algunos países de África, Asia, Latinoamérica, y durante el siglo XX, Europa Oriental, se han llevado a cabo las llamadas "democracias populares", sobre todo en los países de tendencia marxista, que a diferencia de las "democracias liberales" occidentales, la fachada de pluralismo es remplazado por un abierto elitismo, en donde el rol de la elite es ocupado por la cúpula del único partido existente en la nación; el Partido Comunista. Estas "democracias" unipartidistas no se diferencian muchos del sistema de gobierno existente en la antigua Alemania Nazi, donde también se celebraban elecciones, pero el rumbo del país y su dirección recaía únicamente en la cúpula dirigente, de hecho, en lo único que existe una diferencia considerable entre el régimen imperial Nazi y las llamadas democracias populares, es que los primeros no se consideraban democráticos, y los segundos sí.
No obstante, y a pesar de todos estos planteamientos que hemos visto anteriormente, en la práctica las democracias se han degenerado aún más con la inclusión de los partidos políticos, los cuales están presentes en absolutamente todas las democracias modernas, acompañados además con la aberrante clase de políticos, y es aquí donde el sistema se desvirtúa completamente, porque si bien en un inicio se suponía que la democracia eliminaba por completo el sistema de elites y división social, la existencia de esta clase de personas supuestamente dedicadas a la política, pero que en práctica son una élite cuasi-aristocrática y plutocrática, daña por completo la idea esencial de gobierno del pueblo.
Los Partidos Políticos
Los partidos políticos son el cáncer de la democracia moderna, y la condena desde su inicio al fracaso. La creación de una clase política violenta primeramente la esencia de la democracia, debido a que al existir una clase que tiene supremacía en el poder ejecutivo por sobre las otras, sea de jure o de facto, se crea una oligarquía, es decir, un gobierno de pocos, lo cual es por naturaleza incompatible a la democracia, el cuál es el gobierno de muchos.
Los partidos políticos dividen a la población en facciones, creando una "democracia de bloques", en la cual los ciudadanos no buscan su bien común durante las elecciones, sino el bien de su grupo, además de que divide a la nación y enfrenta a la población. Los partidos políticos también hacen posible que la democracia se convierta en oclocracia, dando paso subsecuentemente a la tiranía de la mayoría. Además, al perseguir no el bienestar individual y tampoco el nacional, sino el grupal, opciones impopulares pueden ser aplicadas debido a que son populares únicamente en un pequeño grupo de la sociedad:
Si hay tres principales facciones durante unas elecciones presidenciales, y la dominante entre estas facciones posee alrededor del 40%, estando el otro 60% dividido entre los otros dos grupos, es probable que un grupo minoritario se imponga, es decir, solo un 40% de la población apoye al candidato ganador, y si además de esto, en las elecciones internas ese candidato ganador obtuvo tan solo un 60% del apoyo de su partido, el total de personas que apoyan de forma comprometida a esa persona para ejercer ese cargo es tan solo de un 24% de la población votante, y debes tener en cuenta que no todas las personas votan, de hecho, en casi todos los países la mayoría de personas no lo hacen. De esta manera, un candidato es legítimamente electo en un régimen democrático, pero no bajo los principios esenciales de la democracia.
Los partidos políticos violentan además los principios republicanos establecidos por Montesquieu, como la división de los poderes, puesto que al existir un grupo que puede actuar como conjunto, un mismo cuerpo puede tener control sobre los diferentes poderes de forma hegemónica, convirtiendo organismos que deberían tener un propósito predominantemente deliberativo como la asamblea, el congreso o el senado, en objetos meramente legislativos, en donde no se debate nada ni se es posible llegar a un acuerdo entre los diputados de diferentes partidos, puesto que su objetivo, lejos de ser el beneficio de la nación, es el fortalecimiento del partido y de su ideología, al no buscar estos diputados adversos un mismo fin (puesto que tienen ideologías distintas) no pueden estar de acuerdo.
Es curioso que aunque los partidos políticos sean por naturaleza anti-democráticos y anti-republicanos, en los Estados Unidos los dos principales partidos son el Demócrata y el Republicano.
Con esto en mente, podemos estar bastantes seguros de que no existe algo cercano a la democracia en ninguna sociedad moderna, ni siquiera aquella reconocida como "democracia representativa" es verdaderamente una democracia, puesto que como Rousseau decía, la soberanía no puede ser representada.
La soberanía no puede ser representada, por la misma razón por la que no puede ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general, y la voluntad no se representa; o es ella misma o es otra; no hay término medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes, no son más que sus mandatarios; no pueden concluir nada definitivamente. Toda ley no ratificada por el pueblo en persona es nula; no es una ley. El pueblo inglés cree ser libre, y se engaña mucho; no lo es sino durante la elección de los miembros del Parlamento; desde el momento en que éstos son elegidos, el pueblo ya es esclavo, no es nada. En los breves momentos de su libertad, el uso que hace de ella bien merece que la pierda.
Fuente: Rousseau, Jean-Jacques. (1762). El contrato social.
La democracia directa es la única verdadera democracia, porque es la única que le da verdaderamente el poder al pueblo, a la gran mayoría de los ciudadanos. Esto no quiere decir que no existan actualmente aproximaciones ni modelos que son más o menos democráticos que otros, pero en definitiva, solo la democracia directa cumple su objetivo esencial y tiene el derecho a ser llamada como tal.
En la actualidad, la democracia directa dejó de ser una utopía o un sistema propio de países pequeños, sino que la tecnología nos permite implementar definitivamente un sistema digital de democracia en la que el pueblo no necesite de la representación de una clase de políticos para gobernarse, sino que por el contrario el pueblo puede votar, elegir, proponer y dirigirse hacia el destino al que desea hacerlo. Tanto la revolución informática del Internet, como actualmente el desarrollo de la tecnología Blockchain, convierten esta posibilidad en una probabilidad más que factible. La asamblea tiene que retomar su rol únicamente deliberativo como en los inicios de Roma, los partidos políticos deben eliminarse, y los grandes Estados deben reducirse y federalizarse en pro de un mayor poder ciudadano, puede que ahora parezca que estamos muy lejos de eso, pero la realidad es que cuando una sociedad quiera dar el paso hacia una verdadera democracia, entonces nada podrá evitarlo.
Cosas a tener en cuenta:
Totalmente de acuerdo. Cuando decía voluntad del pueblo me refería precisamente a eso, puesto que el pueblo no es un solo cuerpo.
me temo que la "Democracia" es un concepto en su misma raíz Utópico, ha servido para la construcción de sociedades y regímenes a lo largo de la historia pero sólo eso. a mi en lo particular me gusta pensar que lo más cerca de una democracia es el gobierno comunal, pero aún así guardo mis reservas sobre ese modelo.
muy buen artículo, saludos...
Una democracia es incapaz por si sola esta siempre debe tener un límite , la Méritocracia, y un solo organo capaz de darle sentido. La república.
No solamente la meritocracia –como referencia para elegir, poder ser elegido y en general para escalar–. Además de eso, la multitud no debería poder aplastar solamente por ser más individuos que los aplastados. La democracia debe tener un límite, y este límite puede ser el sistema republicano, o cualquier otra que sirva para los mismos fines sin mandar todo a la mierda.
Coincido aunque en realidad mi postura actual radica más en el anarquismo de mercado aquí no hay posibilidades de irse a la mierda.
"los partidos políticos deben eliminarse, y los grandes Estados deben reducirse y federalizarse en pro de un mayor poder ciudadano". Estoy de acuerdo contigo. aun que creo que la democracia es un concepto-ensayo que no es un sistema cerrado y que esta sujeto a cambios. aun que tambien lo considero como un concepto maltratado por dirigentes mediocres. nombran a la democracia para cometer y justificar genocidios y violenciones de todo tipo. buen post. :)
Yo soy de los que piensa que los Estados grandes deberían divirse, aunque, claro esta, deberían hacerlo en función de la autodeterminación de los pueblos, lo cual implica que las secesiones sean voluntarias. Es por eso que pienso que es tan importante la libertad de secesión. Por otro lado, si, considero que deberían estar más unidos, pero no "federándose" (que implica ceder soberanía a un Estado Federal) sino confederándose (delegando funciones y haciendo tratados). Si esto se cumple, el poder podría moverse más a lo local, el control podría estar más cerca de los ciudadanos, habría más competencia (y facilidad para migrar ante las malas políticas) y los ciudadanos podrían estar incentivados a ser más conscientes y a tener un poder decisorio mayor.