La Didáctica de las Ciencias Naturales como ciencia o arte
La Didáctica de las Ciencias Naturales como ciencia o arte
Como profesora de Química soy una apasionada de las ciencias naturales, pero además, soy una científica social. Ser una docente formadora de docentes implica un serio compromiso que me ha llevado a trasladar mis reflexiones académicas más allá de mis propios límites y darle la palabra a mis estudiantes como versionantes de la experiencia única que constituye su propia formación.
En atención a la relevancia de lo que subyace en sus discursos, parto de la premisa de que la realidad social en la que coexisto con ellos es compleja, cambiante, entrópica y, además, es co-construida socialmente, por tanto, me propongo conocerla mejor a partir de sus propias palabras, de sus relatos.
Les comparto entonces esta experiencia fenomenológica vivida durante el desarrollo del curso Didáctica de la Química, asignatura obligatoria para los estudiantes que se forman como profesores de esta área.
En este caso, la pregunta que utilicé para invitarlos a la reflexión fue: ¿La Didáctica de la Química es una ciencia o un arte?
Composición original de la autora elaborada en Microsoft Power Point 2013.
Imágenes:
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Lo primero que debemos tener claro es el significado de término didáctica. Según lo expuesto en la imagen podría decirse que la Didáctica es el arte de enseñar. Pero hay algo más detrás de esta corta y abarcadora frase. Revisemos esta visión artesanal de la didáctica.
Imagen Autor. Procesada en Microsoft Power point 2013
La concepción de la didáctica como un arte trajo muchos problemas porque durante largo tiempo la tarea de enseñar, aparentemente, no requería ningún tipo de formación especial. Es decir, para enseñar un conocimiento bastaba con tener ese conocimiento. Entonces, el conocer, aunado a cierta habilidad del individuo encargado de enseñar (docente artesano), era suficiente para llevar a cabo esa tarea. Por tanto, una persona con conocimientos sobre química estaba calificada para enseñar química, una persona con conocimientos sobre matemáticas estaba capacitada para enseñarla, y así.
Esto originó un debate en torno a la necesidad o no de formar a los docentes, puesto que aun a nivel universitario, durante mucho tiempo, los profesores eran personas expertas solo en el conocimiento disciplinar. Sin embargo, el debate más reciente versa sobre la premisa de que no toda persona que sabe acerca de algo está capacitada para enseñarlo, es decir, conocer el contenido nada más, no lo acredita para darlo a conocer.
Con el paso del tiempo, la didáctica se vuelve sistemática, se generan una serie de teorías y clasificaciones acerca de modelos didácticos, formas de enseñar, tipos de didáctica, entre otros aspectos.
Entonces se establecen diferencias en cuanto a la didáctica para enseñar al niño, la didáctica para el joven, para el adulto. La didáctica apropiada para una u otra disciplina. Al parecer, entramos en conciencia de que no es tan simple como saber acerca de algo solamente, sino que es importante tener las herramientas apropiadas para enseñarlo.
La definición originaria del término didáctica parecía delegar gran parte de su importancia sobre aspectos subjetivos del docente. Pero posteriormente, esta visión fue cambiando al incorporarse aspectos técnicos de interés por su incidencia en la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Así por ejemplo, encontramos definiciones más complejas que la conciben como:
- La metodología abordada mediante una serie de procedimientos, técnicas y demás recursos, por medio de los cuales se da el proceso de enseñanza- aprendizaje.
- El estudio del conjunto de recursos técnicos que tienen por finalidad dirigir el aprendizaje del alumno, con el objeto de llevarle a alcanzar un estado de madurez que le permita encarar la realidad, de manera consciente, eficiente y responsable, para actuar en ella como ciudadano participante y responsable.
- Disciplina pedagógica de carácter práctico y normativo que tiene por objeto especifico la técnica de la enseñanza, esto es, la técnica de incentivar y de orientar eficazmente a sus alumnos y alumnas en el aprendizaje.
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Las definiciones anteriores resaltan elementos sistemáticos de la Didáctica que la hicieron acreedora de su carácter científico actual:
La Didáctica es una ciencia cuyo objeto de estudio es el proceso docente-educativo el cual se caracteriza por un sistema de conceptos, categorías y leyes que integrados consecuentemente permiten su dirección y potencian su desarrollo.
Esta concepción de didáctica como ciencia ha hecho que ella gane sistematicidad y que se limpien o se llenen espacios que quedaban en blanco cuando se le concebía como un arte.
Sin embargo, el carácter científico de la didáctica, esta rigurosidad con la que cuenta parece haber resaltado lo operativo y limitado la didáctica a los procesos de planificación, evaluación, a la selección de contenidos y su distribución en el tiempo, pero ha dejado de lado la creatividad que esto implica.
De este modo, es notable observar en la práctica de los docentes el énfasis en la transmisión de la mayor cantidad de contenido posible como indicador de calidad. Además, el proceso de planificar se limita, muchas veces, a completar un formato y el de evaluación frecuentemente se ve reducido a la búsqueda de una prueba en el banco de evaluaciones construido tras años de práctica docente.
La riguridad y la sistematicidad de la didáctica mal entendidas, han venido a cuadricular el trabajo del docente y convertirlo en un mero formalismo que termita en la ejecución de clases maestrocéntricas con poca o ninguna diversidad de estrategias y técnicas de enseñanza.
En este punto es conveniente aclarar que es de suma importancia conocer los aspectos técnicos del proceso de enseñanza. Eso no está en discusión. La didáctica no puede depender meramente del conocimiento del docente y su experiencia, como lo he expuesto líneas arriba, pero es importante y necesario reflexionar, volver a las raíces del término e intentar retomar la ruta que permitía a la didáctica ser, además, un proceso creativo.
Es importante reflexionar en cuanto a cómo concebimos la didáctica e intentar establecer un equilibrio entre sistematicidad y creatividad.
Es necesario hacer el ejercicio de pensar en la didáctica como un arte. La real academia española considera el arte como una manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginario con recursos plásticos, lingüísticos y sonoros.
Esta definición implica entonces que, la didáctica entendida como un arte abarca aspectos creativos que permiten al docente llegar a concebir su labor con criterios estéticos tales que puedan hacerle pensar en que el resultado de su praxis será una obra artística. Todo esto aunado a la sistematicidad que, como he dejado claro, no cuestiono.
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Lo interesante de la reflexión que presento, es que, de la mano de la fenomenología, intento conocer e interpretar la visión de los docentes en formación inicial, invitados a hacer un ejercicio en el cual compararan el trabajo de un docente con el de un artista, independientemente del arte que seleccionaran.
La mayoría de ellos se refirió al trabajo de un actor, pero además hubo quienes compararon al profesor con un pintor.
A continuación, algunas de las reflexiones de estos estudiantes:
Es necesario prepararse y vivir la experiencia…
“El docente se asemeja a un artista, ya que él debe prepararse antes de dar una clase y el actor debe estudiarse el libreto antes de salir al escenario, para que sus espectadores vean la realidad lo más cercana posible o lo más real del personaje”.
Docente en formación: Auromar
En alusión a lo que escribe la estudiante, la preparación previa es un elemento que resalta como de importancia sustancial en el trabajo de un docente y un actor. En un caso, tiene que ver con el dominio del contenido y la preparación de la clase y en el caso del actor, por la memorización del texto y la construcción del personaje como tal.
Otra de las estudiantes también se refirió a esta preparación preliminar y su importancia para que el resultado sea el mejor. Se trata de la Docente en formación Yolimar:
“En una obra de teatro el actor debe vivir el personaje para que los espectadores la puedan sentir. En una clase, el profesor debe ser un buen actor a la hora de desarrollar un contenido para que los estudiantes comprendan su importancia”.
En su reflexión, la estudiante atribuye al docente la responsabilidad de lograr que los estudiantes comprendan la importancia de un contenido al compararlo con un actor que, según sus palabras debe vivir el personaje para lograr que el público sea capaz de percibir lo que se desea transmitir.
El dramaturgo Eugenio Barba, para referirse al trabajo del actor, escribió:
“No bastará exponer en el auditorio las palabras del dramaturgo, sino que es necesario compartir la suma de sus vivencias, emociones, pensamientos, conflictos”.
Esto atiende a que el actor debe profundizar en la historia que cuenta y leer más allá del texto dramático para lograr transmitir las emociones que vive el personaje que representa.
Cuando el docente se prepara para ser un artista en el aula, es capaz de atrapar a sus estudiantes durante el desarrollo de su clase. Un docente como este, conoce todo lo que desea enseñar, pero además comprende la importancia de la epistemología de la ciencia que enseña, la relevancia de sus palabras para la construcción de un verdadero conocimiento científico.
Ambos van más allá de lo que está escrito, en el guion teatral y en los libros.
Una clase puede llegar a ser una buena historia
Por otra parte, la docente en formación Rutbisay señaló lo siguiente:
“El docente y el actor tienen muchas semejanzas en lo que respecta a sus campos de trabajo, ya que una puesta en escena, al igual que una clase, posee tres momentos que son pieza fundamental para su realización”.
En muy interesante el elemento que incorpora la estudiante en su reflexión porque, ciertamente, la estructura dramática más sencilla cuenta con tres momentos. Aunque para muchos expertos en el tema pueden ser muchos más, básicamente la narrativa se basa en que toda historia cuenta con un inicio o momento en el que se dan a conocer las acciones y personajes de la historia, el climax en el que se presenta el conflicto y momento cumbre de la historia y el desenlace, en el que se resuelve el conflicto.
Tal como lo expresó la estudiante, en una sesión de clases, el docente construye un momento inicial que le permite explorar conocimientos previos, presentar un tema nuevo o retomar uno anterior. Luego desarrolla una serie de actividades conducentes a presentar el contenido y generar interacción con los participantes y, finalmente, establece un cierre que le permite realimentar la información, eliminar errores conceptuales o verificar el aprendizaje. Todo esto según sus propios objetivos didácticos previamente establecidos.
Imagen procesada por el autor en Microsoft Power Point 2013. Fuente
El cuerpo como instrumento…
A continuación presento dos interesantes fragmentos. Por un lado la estudiante Zenaida afirmó lo siguiente:
“El docente debe interactuar con sus estudiantes como lo hacen los personajes con el público. Él también está sujeto a improvisar, aun cuando traiga ya su libreto estudiado”
Para esta estudiante, como para algunos de sus compañeros, la interacción del docente con sus estudiantes es crucial. Pero además, resalta en su discurso la idea de que la improvisación no es un problema, sino una habilidad que debe desarrollarse y que complementa el dominio del libreto (el contenido). El docente debe estar preparado para todo.
De manera similar, Javier, se refirió a la importancia del rol que juega el docente en el aula de clases:
“Es necesario poseer habilidades como las que poseen los actores para mantener interesados y motivados a los estudiantes: Buena dicción, lenguaje gestual, Imagen apropiada, creatividad y paciencia”.
Lo interesante de este fragmento es que el estudiante no enfatiza el contenido como herramienta que permitiría generar motivación, sino que traslada esto a otro tipo de habilidades, como el uso de la palabra, la imagen que se proyecta y a aspectos muy personales y subjetivos como la creatividad y la paciencia.
Las reflexiones del estudiante coinciden con los planteamientos de autores que ya han resaltado la importancia del cuerpo del docente como instrumento fundamental para la praxis pedagógica. Para Ros, por ejemplo, el cuerpo hace compañía a la voz, que está encargada de producir el mensaje. La atención o desatención a los rasgos suprasegmentales (entonación, tono, volumen, ritmo) determina, en gran medida, el éxito del intercambio comunicativo.
Tal como para un actor, el cuerpo del docente es su principal instrumento de trabajo. Él es su propia obra de arte. El docente lleva su lienzo a donde quiera que va.
Fuente
Entonces, ¿Ciencia o arte?
Les mostraré un último fragmento antes de completar la idea que tuve para la elaboración de este post. Se trata del docente en formación Jalde:
“La didáctica es un arte y los estudiantes son los lienzos que vamos pintando de valores y conocimiento. El reconocimiento no llega tan pronto como en el arte, pero el tiempo nos dará el anhelado premio”.
Por romántica que parece es una reflexión profunda e interesante. Este joven no solo enfatiza la importancia del conocimiento como centro del trabajo del docente, sino que incorpora los valores (lo humano), como elemento primordial que debe pintarse en ese lienzo con el que representa a los estudiantes en su analogía.
Cuando nos atrevemos a reflexionar sobre nuestro propio desempeño somos capaces de ver cosas que antes pasaban desapercibidas. Las habilidades científicas y tecnológicas son muy importantes, pero debemos considerarlas semillas que sembrar en terreno fértil. La calidad humana del individuo que formamos para la ciencia debe ser parte importante de nuestra labor.
No puedo realizar una afirmación que responda a la interrogante que yo misma formulé al inicio de este ejercicio y de este post, puesto que la intención es precisamente reflexionar al respecto. El trabajo del docente, por sistemático y científico que es, debe recuperar la creatividad. Pero además debe entenderse que es un trabajo dirigido a la formación de seres humanos con los que conviviremos en este planeta. Así que es importante repensar cuál es nuestro trabajo, en atención al ciudadano que queremos formar.
De momento les dejo la tarea de pensar en ello y, si lo desean, dejen sus impresiones en los comentarios. Me encantaría conocer lo que piensan al respecto.
Me despido con la siguiente frase que seguro recoge buena parte de lo que he comentado para ustedes hasta acá:
Imagen editada por el autor en Microsoft Power Point 2013. Fuente
Hernán Torres Maldonado y Delia Argentina Girón Padilla. Didáctica General.
Ulises Mestre Gómez, Homero Fuentes González y Ilsa Álvarez Valiente. Didáctica como Ciencia.
Eugenio Barba. Antropología Teatral
Nora Ros. El Lenguaje Artístico, La Educación y la Creación.
Diccionario Real Academia Española
Excelente estimada @Yngrid ...una interrogante que nos invita a reflexionar, respecto a esa sinergia entre la Educación y la Ciencia, como fuente generadora de Conocimientos, Tecnología, Innovación y Desarrollo. Felicitaciones !
Asi es colega @tomastonyperez, la educación generadora de conocimientos científicos pasa antes por la formación de un individuo interesado en las ciencias, sus aplicaciones tecnológicas y el impacto de estas en la sociedad y el ambiente. Por eso es tan importante la reflexión sobre la praxis del docente de química, física, biología y áreas afines. Gracias por tu apoyo a este post.
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