Ragnarok Conspiracy 21/44 | En español
Otro capítulo de la novela "Conspiración Ragnarok", originalmente escrita por mí, traducida al español por Gabriel González, ilustrada por @marylucy con la portada de Keith Draws.
Al igual que el original, este libro se publica STEEM-primero. Nuestro objetivo es completar la serie STEEM y publicar el libro electrónico antes del Black-Friday (29 de noviembre).
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Part III
21
Cavernas
A pesar de que Bjarne pudiera haber pasado por esto muchas veces antes, no lo había hecho recientemente. Ni su cuerpo ni mente estaban cerca de estar a cómo eran antes. Pero incluso si lo hubieran estado, un encuentro con los Hylobo-Sapiens no eran algo que representara una experiencia agradable. La tarea no había sido lo que Bjarne había anticipado cuando reportó sobre aquella impresionante pregunta por parte de un estudiante en una de sus conferencias. ¿Cómo podía aquel joven siquiera saber cómo formular aquella pregunta sobre una cuerda irrompible? ¿Preguntas que miembros de la sociedad habían pasado décadas tratando de resolver?
¿Había, un miembro de la sociedad, roto su juramento de silencio? La sociedad debía llegar al fondo de esto, y como muchos eventos del pasado, necesitaban las habilidades de los Hylobo-Sapiens para lograrlo. A los Hylobo no les gustaba especialmente trabajar con los humanos, o Homo-pseudo-Sapiens como solían referirse a ellos.
Para unos, su historia con los humanos no les había dado muchas razones para sentirse cómodos trabajando con los Homo-Sapiens. Para ellos, los humanos eran bestias primitivas y peligrosas además de criaturas violentas y voraces. Muchos de los Hylobo habían sido asesinados por los humanos a través de la historia. Ya sea por miedo o por falsas proyecciones religiosas, los Hylobo sabían que estas criaturas, estos humanos, se podían volver una masa violenta muy fácilmente. Y ahora estaban los nombres tan horribles que usaban para referirse a ellos. Se habían referido a los Hylobo como Trolls, demonios y, más recientemente, alienígenas grises, por los Homo-Sapiens. Nada más alejado de la verdad. Los Hylobo eran terrícolas y, comparados con los humanos y su tendencia a la violencia, los tranquilos y asustadizos Hylobo eran tan malvados como un bebé de dos semanas. Aunque podían ser peligrosos, bastante de hecho, si se les acercaba con la mentalidad incorrecta.
A Bjarne no le gustaba la idea de descender por las cuevas en busca de una audiencia con los Hylobo. Se había retirado de la sociedad hacía dos años, pero esto era lo suficientemente importante como para sacarlo del retiro. La alianza entre la sociedad y los Hylobo había sido complicada cuanto menos en los mejores tiempos, y éste no era uno de ellos. Con casi toda la industria de transporte y dos tercios de la alimenticia habiéndose vuelto obsoletas por las impresoras de réplica, el calentamiento global estaba desapareciendo y la idea del final de Holoceno tenía a los Hylobo más nerviosos que de costumbre. La idea de que una nueva era de hielo trajera de vuelta al Jötnar a la tierra era el miedo más grande y antiguo de los Hylobo y la única razón de su alianza con los humanos, una alianza que siempre había sido, es y será desagradable para ambas partes.
Debido a sus habilidades especiales y sensibilidad cultural, acercarse a ellos requería a un tipo especial de personas, el tipo del que Bjarne había demostrado que era. Los Hylobo eran telépatas, no como los trucos de telepatía baratos o los raros casos de gemelos con conexión entre ellos, no, tenían una increíble habilidad telepática, del tipo que sería capaz de dejar a un intruso perdido por semanas en sus sistemas de cuevas si este fuese considerado una amenaza por sus pensamientos conscientes. Los Hylobo se sentían amenazados fácilmente por los pensamientos groseros de los humanos, sí que eran sensibles a ello.
Obviamente, requería de habilidades increíbles para los humanos, en este caso Bjarne, el no pensar en siquiera una sola palabra moderadamente ofensiva mientras se iba descendiendo por las cuevas húmedas y laberínticas que tenían. Debía de controlarse al menos hasta que un guía se sintiera suficientemente seguro como para conectar con él y guiarlo hasta su ciudad subterránea. Al llegar a la entrada de las cuevas que había usado tantas veces antes, Bjarne despejó su mente de cualquier idea sobre los Hylobo, sobre el Holoceno y sobre la situación de la luna que había resurgido mucho antes de que la sociedad pudiera preparar al mundo para la venidera batalla. Llenó su mente con pensamientos felices sobre su nieta jugando con su perro y comenzó el descenso.
Con la débil luz de su traje led, Bjarne se dio cuenta de que la entrada de la cueva había caído en el desuso por parte de los Hylobo. Las paredes estaban cubiertas con un moho verde y el suelo estaba cubierto de una fina capa de lo que parecía ser algún tipo de limo que hacía que fuese muy resbaladizo. Notó a un ciempiés gigante de casi metro y medio de largo que inmediatamente se escondió tras dos rocas enormes. al ver al monstruoso ciempiés casi pierde el control de sus pensamientos, había pasado demasiado tiempo «Reemplaza el miedo por asombro» se repetía como lo había hecho muchas veces en su juventud, en sus primeros días en la sociedad. Era un mantra que no había usado en sus visitas más recientes, lo que le hizo darse cuenta de cuán viejo y oxidado se había vuelto. Aquellos ciempiés, a pesar de ser peligrosos por su mordedura tóxica, eran maravillas de la evolución.
Reemplazar el miedo por asombro. Una mente llena de asombro era para los Hylobo lo que una sonrisa para los humanos, mientras que una mente asustada les era como la boca espumosa de un animal enrabietado. Mientras iba avanzando gracias a la luz de su traje, mantenía su mente en constante búsqueda de lo que pudiera ayudarlo a mantener su estado mental. Cuando su pie resbalaba de vez en cuando, era la imagen de su nieta lo que le mantenía tranquilo.
Veinte minutos habían pasado hasta que Bjarne sintió una presencia entrando en contacto con su mente. Ahora era el momento crucial, la razón por la cual había preparado aquella abducción. Aquel momento requería de un tipo de diplomacia que probablemente parecería todo lo contrario a cualquier diplomático. En diplomacia normal, se debe pensar cuidadosamente qué decir, un lujo que no se da con los Hylobo. El patrón de pensamiento Maquiavélico de los diplomáticos promedio había probado ser una causa de varios incidentes en el pasado. Bjarne despejó su mente y decidió que mostrar sería más acertado que pensar. Sentía al Hylobo intercambiar el flujo de pensamientos formal y habitual de presentación con él terminando así en una petición del motivo de su visita, Bjarne llevó a su guía a través de su mente hacia el recuerdo de Robert y su pregunta. Luego, una serie de eventos pasaron en la mente de Bjarne para las que ninguna de sus anteriores visitas a los Hylobo le habían preparado. Todos sus anteriores encuentros habían sido más bien carentes de emoción por parte de los Hylobo, esta había sido la primera vez, con una Hylobo femenina como guía. Mientras Bjarne y la Hylobo, que se había presentado como Azraella, volvían a ver los recuerdos de Bjarne sobre la pregunta de Robert, Bjarne sintió por un corto momento cómo la barrera entre su guía y el resto de Hylobo se achicaba.
Azraella estaba desconcertada por sus recuerdos y las había encargado al resto de la comunidad. Por medio de aquello, les había mostrado a Bjarne al resto de la comunidad y, más impactante aún, a parte de la memoria colectiva de hacía varios milenios atrás. Las primeras imágenes de un lobo mecánico rabioso gigante fueron proyectadas en su mente con una sensación de miedo y desesperación. Luego, otras imágenes fueron proyectadas en la mente de Bjarne, hermosas y aterradoras a la vez.
Una imagen de una ciudad grande y próspera que parecía estar hecha de hielo y cristal. Sus habitantes tenían rasgos de los Hylobo pero diferencias aún así remarcables. Sus ojos no eran aquellos enormes ojos negros que necesitaban para vivir en las ciudades subterráneas privadas de la luz del sol en donde residían actualmente, los Hylobo de la imagen vestían ropas ¡Incluso tenían vello corporal! De hecho, parecían casi humanos en cuanto a sus cabellos, ropas y ojos pero con rasgos corporales que mostraban que su cercanía a sus primos más cercanos, los gibones, era más que obvia: sus esbeltas figuras y brazos que, en relación con su cuerpo, eran más largos que los de los humanos
Entonces, sobre la ciudad, un círculo oscuro apareció. Una gigantesca esfera negra. Los ancestros de los Hylobo miraron al cielo y vieron cómo la esfera parpadeó brevemente tornándose blanco, luego volvió a su color negro y vieron cómo una enorme sección del cielo se tornó amarilla brillante, miradas de inquietud en los ojos casi humanos de los proto-Hylobo se pudo ver y de nuevo el mismo sentimiento de terror profundo volvió a Bjarne e hizo estremecer todo su ser. Luego, oscuridad. La conexión con la comunidad Hylobo fue cortada dejando a Bjarne lidiando con todo aquello. ¿Qué acababa de presenciar? « ¡No! ¡Sin distracciones! », Bjarne volvió a concentrarse en sus recuerdos de la conferencia y los reprodujo para que Azraella los viera.
Un sentimiento de compasión inundó a Bjarne, dedujo que venía de Azraella como forma de disculpa.
"Siento tanto eso, amigo mío, no era mi intención mostrarte aquello" —dijó Azraella en su mente con una voz sensual—. "Te agradezco mucho que nos hayas hecho notar este asunto de vital importancia. ¿Cómo podemos ayudarte?"
Aún desconcertado por la experiencia, una palabra se formó en la mente de Bjarne:
"¡Abducción!"
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