El pirómano entre las cenizas del amor
Deseo dejar atrás esta ciudad, o en su defecto, volverla a incendiar, porque las llamas no queman, pero si las lágrimas que torturan mi alma en pena, lloro porque ya no sentiré el calor que tú generas, la ciudad que antes ardía por tu combustible, ahora es solo una pila de cenizas inservible, consumiste todo lo que pudiste, y ahora solo veo todo mi mundo pudrirse
Me quiero ir de la ciudad antes de que se apaguen todas las llamas, pues cuando suceda, no quiero estar presente para ver como nuestros lugares se ahogan en las cenizas donde solían arder en nuestras llamas amantes.
Pues me rechazaste por algo, tal vez cambié en algo, no sé qué fue ese algo, no quiero contarlo, o, mejor dicho, no quiero aceptarlo, pues mantengo las esperanzas de que algún día volverás a mis brazos, un incendio apagado, que está muriendo y aparte está muy exhausto, ahora que solo quedan cenizas, sólo hace falta una leve brisa para que toda la ciudad se vaya para otro lado.
Pero necesito las brisas que me da la libertad de otra ciudad, por desgracia estoy condenado a querer siempre estar a tu lado, si quieres me quedo en silencio y no hablo, pero déjame escribirte todos los sentimientos que, dentro de mí, te he estado guardando, con palabras dulces y usadas para decir mi verdad, te juro que, si me das otra oportunidad, de mi tú te vuelves a enamorar.
Cuando te di el ultimo beso, me corté el labio, pues tus labios tenían un sabor inusual a metal oxidado, me corté contigo, y ahora me enfermé de los labios, me pican como nunca antes, y de algún modo sé que la cura es volver a besarte.
Esta enfermedad me consume el alma y el cuerpo mientras sigo alejándome de tu lado, si me alejo otro poco, de seguro que me caigo en pedazos, soy un simple pirómano, pero no me gusta cualquier llama de palo, me gustan las llamas que salen de tus fauces y de tu hermoso cabello dorado.
Pero debo seguir caminando, sólo así podré dejar la ciudad en llamas. aunque estoy lastimado y quebrado, tengo que seguir moviéndome, pues como tiburón en una tierra en llamas, de no hacerlo, me ahogaré con mis lágrimas calladas, que insensiblemente extinguen el fuego que una vez en mi corazón se hallaba.
Me encantaba que ardieras, pero tu silencio me da más motivos para que llueva, controlas el clima, pero ahora siempre está nublado, y yo no tengo un paraguas para poder estar a tu lado.
Si no estás dispuesta a darme otra oportunidad, no me molestaré, y te lo digo e verdad, pues yo te lastime, y supongo que es verdad, pues tus labios se oxidaron por tus lágrimas con sal
Te agradezco de verdad, por presentarme tu bondad, pues me regalaste algo que necesitaba en verdad, ya que con nuestro primer beso me diste algo que perder en mi vida de fría soledad.
Así que esta es mi última petición, creo que la única dictada por mi corazón, tómala o déjala, es tu decisión, sólo deseo haber podido expresarte todo lo que siente mi ardiente corazón.