Bueno, no sé si nuevo o viejo o de aparición esporádica, pero fue algo que sólo surgió :P. Había llegado tarde al yoga y no pude asistir a mi clase asi que me senté un ratico a leer algo de poesía de un libro que tengo en mi morral (siempre tengo mi morral conmigo... o casi siempre). Allí estuve como 40 minutos. Es un lugar hermoso incluso fuera del salón de Yoga. Muy buen clima, poco ruido, muchas aves, pero a fin de cuentas sigue dando con la calle. Entonces en una de esas pasó un auto que enmudeció un poquito las aves. Allí se me ocurrieron unos versos y empecé a escribir y el resto sólo fluyó. Me alegra mucho que te hayas pasado por aquí; siempre aprecio tus lecturas. Te envío un abrazo, Richard.