Un repartidor de pizzas
Faltan 5 minutos para las 11, casi salgo. Vamos reloj avanza rápido, se que dura lo que tiene que durar pero lo siento como una eternidad. Suena el teléfono, maldita sea. Atiendo y la voz al otro lado de la linea me da una mala sensación. No es terror es mas bien ira. Pareciera alguna persona mayor haciéndose pasar por un niño, vaya que esto parece que solo es una broma de mal gusto y a una pésima hora. Tomo nota de la pizza y la dirección y le doy la orden al cocinero. A los 10 minutos tiene lista la pizza y me la entrega. Nunca había al lugar que el sujeto me indico como sitio de entrega, no estoy seguro donde es pero debo averiguarlo rápido. Me monto en la pequeña moto y arranco.
La noche es fresca y hay poco trafico por la hora. Voy a apurarme, puedo hacer esto en menos de 30 minutos, quiero dormir.
Luego de 5 minutos en mi moto llego a una pequeña urbanización que parece que fue olvidada por Dios. Todas las casas son pequeñas y muy descuidadas, de verdad que son hasta tétricas. Una buena película de terror podría ser filmada en alguna de ellas. Es mas no me extrañaría hayan matado a alguien en alguna. Varios pensamientos de este tipo pasaron frente a mi.
Llego a la casa que marca la dirección. La miro por unos segundos y estoy a punto de irme. Es la casa mas tenebrosa que haya visto nunca. Algunas ventanas están partidas. La pintura de las paredes totalmente desgastada, no veo siquiera una luz encendida. No estoy seguro de irme o no, pareciera que allí no viviera nadie. Reviso varias veces la dirección. Esta es la casa, estoy seguro. Pues ya nada, toca ser valiente.
Me bajo de la moto y tomo la pizza, mientras la saco del cajón oigo un ruido, como una risa, volteo rápidamente y veo que una cortina del piso de arriba se mueve. La habitación esta oscura, no se si hay alguien observándome. Termino de sacar la pizza y camino a la puerta. Vaya, no tiene timbre, no me sorprende. Toco la puerta con fuerza varias veces "¡Su pizza esta aquí!". No oigo nada. Vuelvo a tocar con mas fuerza. Pido que nadie conteste para poder irme pero entonces oigo aquella voz que oí en el teléfono. Una figura que no logro ver bien por la oscuridad se asoma por una de las ventanas de arriba y dice:
-Al fin la pizza je je. Abra la puerta y suba por favor.
-Tengo prohibido entrar a casas de clientes señor. Se la entregare en sus manos si baja.
-No hay problema chico, no le diré a tu jefe. Me cuesta caminar.
-Lo siento pero no.
Así estamos unos segundos hasta que me harto de su insistencia para que entre.
-Abriré la puerta y la dejare dentro de su casa y usted arroja el dinero por la ventana, mas de eso no puedo hacer.
Abro la puerta con cuidado, se ve tan vieja que pareciera que se romperá si la fuerzo mucho. La casa esta totalmente a oscuras, no se ve nada allí, ni una vela ¿Como puede alguien vivir así? Mientras doy dos pasos dentro de aquel aterrador lugar oigo los sonidos rápidos de pasos justo arriba de mi. Ese hombre salio del cuarto y viene corriendo. El pánico se apodera de mi cuerpo, tiro la pizza en el suelo y salgo corriendo de allí. Me dirijo a mi moto y volteo antes de subirme, veo como una silueta de un hombre de al menos 45 años, gordo, pero me refiero a alguien tan gordo que no se como puede correr, se dirige hacia a mi a toda velocidad. Vestía solo con una pantalón corto y una camisa manga larga sin abotonar, todo un pedofilo salido del cine. Intento encender la moto con desesperación, no enciende ¿Estoy yo en una película de terror y este es mi fin o que? Sigo intentando una y otra vez lo mas rápido que puedo. La moto enciende y arranco a toda velocidad. A mis espaldas oigo el sonido de una hilarante risa. Mi piel se eriza al oír esa risa, no es contagiosa, es irritante y desagradable. Mi corazón bombea fuertemente durante un rato hasta que llego a un semáforo y finalmente puedo respirar.
En la esquina veo al mismo policía que hace rato me había dado las indicaciones y le comento lo que me acababa de ocurrir. Me indica que ira al lugar y decido acompañarlo. Al llegar el policía entra con pistola en mano y revisa todo el piso inferior. Lo único que encuentra es una pizza tirada en el suelo que le falta una rodaja. El oficial sube a la habitación donde le indique estaba el sujeto y a los pocos segundos baja. En sus manos trae una martillo y una soga. Me pregunta si se algo sobre esos objetos. Niego pero empiezo a sudar al pensar que fin le tenia puesto a esas cosas.
Al día siguiente el oficial llevo el caso a la central e investigaron. La casa llevaba 6 años sin dueños, era un sitio donde normalmente se reunían bandas de delincuentes y drogadictos pero aquella noche se encontraba en su interior algo mucho peor y yo casi fui su presa.
Dos días después sin poder dejar de pensar en ello renuncie a mi trabajo.
En las noches aun oigo esa horrible risa.
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<3.