Un hombre de piedrasteemCreated with Sketch.

Su corazón lentamente dejo latir, primero en su núcleo comenzó a perder aquel color rojo vibrante, aquel latido rítmico comenzó a disminuir su tempo, su sangre espeso y sin darse estaba empezando a morir.

Lentamente la sangre se fue ennegreciendo, por las coronarias el mal se extendió, el trato, de luchar en contra de este mal, pero no sabia como hacerlo , sus intentos toscos empeoraban el mal ya cometido. Ha veces destellos de ese fuerte color rojo inundaban su pecho, pero cuando eso ocurría la sangre estancada indispuesta a rendirse atacaba con mas fuerza.




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En un pequeño pueblo un niño como muy mala lengua, se encargaba de esparcir chismes y malos comentarios entre sus habitantes, disfrutaba de aquella actividad y le encantaba horrorizar a las personas con sus comentarios. Un buen día toda la villa se encontraba enemistada entre si, pero había un patrón, todos odiaban al niño. En la pulperia, el viejo mas viejo de todo el pueblo, y a quien todo el mundo consideraba un sabio era el único quien no lo odiaba, el niño se acerco a el pidiendo consejos, este sabia viejo le dio un gran saco lleno de plumas de todos los tamaños, ambos se subieron al techo de la pulperia y este viejo sabio le dije "abre el saco y deja salir todas las plumas, con fuerza agita el saco hasta que este vació. Ambos vieron las plumas volar, rieron, al ver como se esparcían por todo el pueblo y como incluso algunas caían en la ropa de la gente, el viejo le dijo al niño, "tu penitencia sera recoger todas las plumas hasta que el saco este lleno" El niño replico molesto" pero señor, eso seria imposible, algunas plumas serian nidos, otras serian llevadas por el viento tan lejos que seria imposible para mi devolverlas al saco" el viejo con un tono calmado le dice al niño, eso pasa con las palabras, las arrojas al viento y algunas se quedan guardadas en el corazón de los hombres, procura que sean las correctas, porque las palabras no se pueden recoger.

Este Hombre con su corazón convertido en piedra era preso de las palabras que habían llegado a su corazón, algunas cuantas el mismo la coloco, sin darse cuenta, otras llegaron a el.

El mal se extendió por todo su cuerpo, las arterias y las venas lentamente comenzaron a inmovilizar sus piernas, sus manos, sus ojos y sus oídos. Ya no podía escuchar puesto la vibraciones eran incapaces de viajar por su tímpano, de esa manera sucedió con todo su cuerpo.

Sin embargo, sentía, aunque sabia que ya era muy tarde. Este hombre tenia un amor, un amor que el no sabe como perdió, simplemente un día se fue, y su corazón de piedra no le dejaba nada que hacer. Nada podía entrar, nada podía salir, incapaz de sentir amor la soledad le invadió, incapaz de amar correctamente destruía con su áspero tacto.

Trato de colocarse flores para llenar de vida otra ves su cuerpo, trato y trato, pero se corazón y su piel se llenaban de escamas color gris tras darse cuente que rápidamente las flores morían. No hay peor soledad que cuando no te encuentras a ti mismo, cuando no sabes como amar.

El día llegaría y este hombre hecho piedra no podría hacer nada, lloraba puesto sus rodillas entumecidas no podían moverse, sus manos no podían escribir, de el solo podían salir asperezas.

Un día, en la soledad descubrió que el dedo gordo de su pie derecho todavía era de carne y hueso, encontró algo que todavía estaba vivo, no se había convertido aun. Tomo una hoja y comenzó a escribir pero de el dedo gordo del pie derecho salio odio, miedo amor, cariño, rabia, ternura todo en una explosión catatónica que se apodero de su dedo gordo. Y así fue un tiempo.

Con el tiempo sus palabras tenían menos rabia y menos miedo, la cólera fue desapareciendo y lo que fue su pie de piedra paso a paso fueron haciéndose pie de carne y hueso y así con mal mayoría de su cuerpo.

Pero su corazón seguía siendo de piedra, hasta que un día sintió algo raro en el pecho, era su nodo sinusal, que estaba lanzando impulsos como señales a donde fueran escuchados.

El hombre lloro, sabia que lo que había dicho no lo podía recoger, las palabras habían hecho su nido en el corazón de las personas, tal vez había enfermado a otros así como el también enfermo.

Hincado sobre sus rodillas rogó a dios o a quien sea que escuchara que no le hiciera sentir mas, que le quitara esta maldición, que le permitiera ver la realidad tal cual era, quería la verdad por sobre todas las cosas y todas visiones ni las palabras mancilladas de enfermedad cancerosa que había hecho metástasis en lo mas profundo de su ser. Se odio, grito, lloro y se encerró.

Quería dejar atrás este leproso quien se había convertido, y quien sabia que todavía llevaba la enfermedad en su corazón. Quería poder volver amar, Aquel rojo vibrante, que se emocionaba con su tacto, quería volver hacia las visiones llenas de colores y flores que provoca oír su nombre.

Querías salir adelante por sobre todas las cosas, recupera el sabor de las cosas, el amor por la vida, eso que alguna vez contagio a la gente. Así un dia podría volver a encontrarla y con un poco de suerte, hacer un nido de palabras llenas de amor ternura y cariño nuevo, que el viento las esparza y que estas sirvan de nido en el corazón de los hombres.

Aunque esto sea improbable, solo tal vez, pueda salir bien una vez mas.



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