Un taladro del demonio
Muchas cosas pasan por mi cabeza durante estas últimas 36 horas aproximadamente. 1 de ellas es lo caro que es los odontólogos, otra es que curiosos que uno le pague a alguien para le quite lo que por naturaleza es tuyo.
Y digo naturaleza porque ese poder que poco conocemos e ignoramos lo puso allí. La evolución darwiniana, la naturaleza o tal vez el polvo de estrellas o acaso todo eso se trate de lo mismo y como somos flojos nos gusta llamarme dios, en fin, el caso es que las cordales salen, y son nuestras, pero le pagamos a la gente para que nos las saque.
Yo había estado experimentando la sensación de como salían, de hecho una de estas infamas amigas ya se había asomado por completo, haciendo estragos, uno de mis dientes que según yo le dieron un besito en el cuello, ahora estaba mas torcido y otro estaba pensando "AH! pero mira que diente mas bonito vamos a imitarlo"
Lo que me llevo a embarcarme en todo este viaje de operarme. Le había preguntado a otras personas ¿que tal es? Todos me habían dicho que la recuperación era fastidiosa, esas primeras 48 horas que para el momento de escribir este post llevo 36 eran terribles, pero a mi parecen todo hasta ahora a sido bastante terrible.
Cámara de torturas.
Fuentehttps://pixabay.com/es/photos/odontologia-brackets-ortodoncia-3391245/
Me encontraba en una sala, con muy pocas personas, era el primero en la lista, había llegado muy temprano y me había preparado muy bien, algo que las personas como yo, algo miedosas hacemos. La doctora llego tarde, tenia otros compromisos, pero aun asi yo debía llegar temprano, para poder salir lo antes posible.
SIn embargo no había mucho gente, a lo mucho había otras 3 personas de mi misma edad que íbamos a lo mismo. Cuando yo era mas joven de lo que soy ahora me habían sacado dientes antes, puesto los dientes de leche no se habian caido y los "originales" estaban por salir, para evitar un autentico desastre mi mama decidio que era preciso que me los sacasen, lo cercano de esa experiencia me hizo pensar, "esto es pan comido" "no me va a doler"
Estaba muy equivocado...
Hace mucho mas años, cuando tenia como 7-8 años yo asistía a terapia de lenguaje, ¿mi problema? No sabia pronunciar la R o mejor dicho no podía, la solución de la terapeuta fue sugerir cortar el frenillo, una "cuerda" que une la lengua con el paladar inferior"
La operación era rápida, ambulatoria, nada da complicado, pero dolio, dolio y muchísimo. Recuerdo que me asuste muchisimo y el dolor, dolor que no me dejaba dormir. Pero ya hacía mucho tiempo de eso, no pense volver a experimentar algo así.
Llega la doctora, paso al consultorio, me siento cómodamente sobre esa silla. La doctora se dispone a realizar lo suyo. Una campo cubre mi cara y deja expuesto la boca, el área donde se encuentran escondidas mis muelas de mono.
La luz blanca que emana del foco es visible tras el campo, veo como las sombras pasan instrumentos para y para allá. Me colocan la anestesia y siento como mi saliva se acumula, me da risa la imagen, también como el vacuum se encarga de limpiar, tambien me da risa.
La doctora se ríe, sabe que me da risa. Me pregunta si siento dolor y la verdad no sentía nada. Siento como mueven de aquí para allá con lo presumo era en gancho, o un bisturí de odontólogo, al poco tiempo supe que ya me habían sacado la muela de mono.
Esa escena de repitió 3 veces, no sentí nada, me daba risa. Hasta que llegaba la ultima, la 4ta.
Sentí el gacho, sentí como remueven la piel exponiendo la muela de mono que faltaba, la sentí jalarla y tratar de romperla con lo que yo presumo es el arma mortal de los odontólogos, una taladro o una maquinita que suena como el demonio y se siente peor. Trate de defenderme de tal ataque atroz contra mi humanidad, la doctora me insto a no hacerlo con un tono severo.
La sentí mover la mueve, aparentemente esta se encontraba acostada o transversal, es decir un brollo. El dolor era insoportable, sentí como me ponía pálido y frío y agarraba la silla con fuerza, mis piernas temblaban y cada que es escuchaba ese taladro era terrible.
En un momento se detuvieron, imagino que mi reacción les indico que algo no estaba bien, colocaron un poco mas de anestesia, aunque realmente no hizo mucha diferencia, sentí todo y fue horrible.
Cuando termino mis piernas todavía flaqueaban y me sentía golpeado. Me preguntaba y ¿ahora yo te tengo que pagar por hacerme sufrir?
Habían tantas cosas mal acerca de mi racionamiento, pero me dolió tanto que al principio no lo había visto, ¿estaba realmente cómodo con mis muelas así? por algo termine allí.
No se ni porque les cuento esto, supongo que hay alguna lección de vida . Pero hasta ahora, solo soy yo, quejándome del dolor y mis cachetes hinchados.
Chao
Posted from my blog with SteemPress : https://pedrovillegas96.000webhostapp.com/2019/05/un-taladro-del-demonio