Venezuela: la ruleta de la vida cotidiana
La grave crisis generada por el modelo chavista obliga a millones de personas a dedicar sus días a buscar cómo salir adelante
Despertar en Venezuela es, cada mañana, el paso previo a una pregunta vital. ¿Ha llegado el momento de irse? Se la hacen los jóvenes, las familias, los que se quedan a la espera de las remesas, las clases populares que sobreviven a duras penas con las ayudas del Gobierno y los que nunca habían temido el fantasma de la miseria. La lucha por la vida cotidiana, con la excepción de unos pocos privilegiados próximos a las autoridades, afecta a todos, aunque golpea con fuerza desigual. La toma de posesión el pasado jueves de Nicolás Maduro, que mantendrá el poder hasta 2025, es el último capítulo de una deriva institucional sin freno. A eso se añade una emergencia económica que convierte la rutina de millones de venezolanos en un juego angustioso en el que hay que combinar contactos, ingenio y suerte. Aunque, al final, todo acaba pareciéndose a una ruleta.