Murciélaguitos
Amo sentir la brisa acariciar mi rostro, está fría, huele a hierba mojada, a suelo fangoso. De la vista ni se hable, este mirador es mi lugar, sobre las copas de los arboles, bajo ellos, entre ellos, sintiendo como los pies descalzos se llenan de tierra fría tal como raíces, desde aquí puedo ver toda caracas al mismo tiempo, como si tratara de un ave o una nube o el mismo dios, grandes edificios, largas calles, autos corriendo por autopistas como corre el viento por la piel, podemos admirar cada rincón sin que hiele nuestra sangre y lo que no veo lo creo para ti como poesía. ¿No te parece hermoso lo que sientes? Debe parecer el paraíso pues es la primera vez que te traigo. El sol está cansado ya, se va a dormir dejando parte de si en el cielo, como cuando te acarician, luego que se van los dedos queda aun esa sensación que desaparece poco a poco como despidiéndose de tu piel. Aquí solo se escucha un murmullo tenue del ensordecedor ruido que tanto te molesta, te he dicho que no todo es malo solo debemos buscar esa parte que se esconde, aquí el ruido se convierte en murmullo, en zumbido ¿y eso te relaja verdad? Poco a poco entenderás que todo lo que te rodea depende de ti. Dame tu mano. Recostémonos un rato, ya que oscureció te hablare de las estrellas. Imagina que llegamos a casa después de un largo viaje y al abrir la puerta no se escucha nada ni se siente nada, ahora no sientas nada, ni frío, ni calor, ni tristeza, ni alegría, así es el cielo sin estrellas, vacío, triste, pero cuando las estrellas se hacen presentes es hermoso, es una pierna dormida el cielo y el hormigueo son las estrellas que luchan para ver cuál de ellas se hace sentir más. ¿Recuerdas que te hable sobre las nebulosas? Ni los mejores ojos pueden ser capaces de verlas a simple vista, pero si nos dejamos llevar podemos sentirlas, flotar sobre ellas, las nebulosas son jalea de mango en nuestro paladar, son ese cosquilleo en el cielo de tu boca. Somos parte del universo, estamos hechos con los mismos materiales, pero distintas recetas. Por eso no es raro que nos sintamos pertenecer a otro lugar, porque en realidad pertenecemos a todos.
Escucha con atención. Guarda silencio dentro de ti. ¿Sientes como las hojas se acarician entre sí? Están bailando, así hablan con las que están a su alrededor, sin voz, sin ojos, se cuidan y se aman. Los pájaros parecen desaparecer poco a poco pero en realidad se van quedando dormidos dándole espacio a que otros animales puedan ser escuchados, ellos no son egoístas, aquí todos tienen su momento como los murciélagos, son los que hacen esos chillidos cortitos, ellos tampoco pueden ver y viven felices así, sus oídos les narran todo a su alrededor, no necesitan los ojos para sentir la belleza.
¿Sabes? No creo que la vida sea un acto aleatorio, sin razón pues, amo la música desde que tengo uso de razón, y la poesía es como la música y la cocina, no existe, para mí, mejor manera de comunicarse, entonces naciste tu que como los murciélaguitos no pueden ver con sus ojos la realidad, pero si con sus oídos y sus otros sentidos, naciste de tu mamá para quien la forma de comunicarse partía de las texturas del mundo, naciste de mi, de nosotros ¿ no te parece que no es casualidad que seas nuestro hijo?