Los Problemas

in #story7 years ago

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen.

Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo.

El gran maestro reunió a todos sus discípulos, para escoger a quien tendría ese honor.

"Voy a presentarles un problema, - dijo - aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo".

Trajo al centro de la sala un banco, y puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: "Este es el problema".

Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué se debía hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados.

Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el centro de la sala con determinación, sacó una espada y sin volverlo a pensar destruyó de un solo golpe el precioso florero.

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el gran maestro dijo: "Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro nuevo guardián del monasterio".

Fuente: Antigua fábula china.


Todos tenemos problemas en nuestra vida, algunos son pequeños, otros grandes, algunos no nos molestan mucho, pero al fin y al cabo son problemas, algunos datan de hace poco y otros desde parte muy temprana en nuestras vidas, no obstante, todos son problemas, y como tal, debemos eliminarlos.

El gran maestro fue bastante claro, les dijo a los alumnos que tenían delante de ellos un problema, y muchos, pensando en la solución o en el problema mismo, no llegaron a la acción, un problema es un problema, y por ende hay que eliminarlos, no importa si se esconden en un bonito y valioso jarrón o si no podemos entender sus implicaciones mismas, los problemas deben ser eliminados.

En la fábula se representa al problema como un objeto, no se entiende que daño causa ni a quien lo hace, pero eso es verdaderamente irrelevante para la enseñanza, que es bastante simple, los problemas deben ser eliminados.

Usualmente las fábulas asiáticas están basadas por sobre todo en los viejos valores de la disciplina, el honor y el respeto, dejando hacia un lado todas las complicaciones modernas, y fijándose en la naturaleza de las cosas, por lo que se llegue a una conclusión bastante simple. En el caso de esta fábula es que, los problemas son de naturaleza destructiva, y por tal razón deben ser eliminados. No importan características específicas ni particularidades, solo importa eliminar la raíz de aquello que nos causa daño.

Muchas veces en nuestra vida vamos acumulando una serie de pequeños problemas, por el simple hecho de que es más fácil vivir con el daño que nos hacen que eliminarlos, esto siempre termina perjudicándonos más a la larga, cuando tengamos que vivir cada uno de nuestros días arrastrando el peso del pasado, lo mejor es acabar con nuestros problemas en nuestra primera oportunidad, y evitarnos así de futuros dolores.

"Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!".
Joseph Conrad

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Excelente. Esto me hace recordar una conversación que tuve hace poco con unos amigos cercanos. Hablabamos de un personaje histórico y reflexionabamos sobre su actitud (más allá de sus aciertos y errores), y terminamos concluyendo que si algo podíamos aprender de él, es que aparentemente (digo aparentemente porque en realidad lo interno no lo conocemos), su mentalidad no era la de acumular rencor y llenarse de ira, sino solo hacer "lo que [el consideraba] necesario".

Obviamente "lo que es necesario" es algo en parte subjetivo –aunque se puede llegar a comprobar cuando algo es realmente necesario–, y que aparte de lo utilitario, es necesario someterlo a la evaluación ética, sin embargo, la lección que comparo con la eliminación del problema (quizás como complemento útil) es que resolver el mismo no debe implicar dejarse controlar por la pasión.

En el cuento hay un maestro, unos discípulos, una espada y una acción. No hay gritos, ni una obsersión por DEMOSTRAR que se puede con el problema. A veces la mayor muestra de elegancia que podemos hacer esta en no gastar energía en lo innecesario (como las pretensiones), lo cual tambien es útil para enfocarla en lo vital.

Sin embargo mucha gente los ignora, o busca problemas que saben no tienen la capacidad para enfrentar, y creo que son mayoría en algunas partes del mundo

Así es.

Estoy de acuerdo. O, como los otros discipulos, le dan mil vueltas al problema, lo justifican, lo señalan, se lamentan de él (y del mundo "que lo permite"), etc.