Acción de suponer.
Supongamos que esta no es una carta para ti, supongamos que no te extraño tanto que debo escribir lo que siento ya que podría no sufrir de un infarto fulminante si me guardo todo esto en el corazón...
Supongamos que esta carta no explica lo mucho que te extraño, al dormir, al despertar, al comer, al caminar, supongamos que cuando llego a casa no pienso en ti para contarte mi día, supongamos que cuando cocino no sirvo tu porción, no te preparo algo de tomar, no te dejo postre...
Supongamos que cuando salgo en familia no me haces falta porque me distraigo con las mismas historias supuestamente no divertidas que cuentan mis tías. Supongamos que no vivo celoso las 24 horas del día por no saber de ti o que haces o donde estas...
Supongamos que no te imagino con ropa o desnuda, que no tengo ganas de tocarte, que no tengo ganas de sentir tu mano acariciándome, supongamos que no quiero hacerte el amor, que no te deseo...
Supongamos que no anhelo volver a verte, a que hablemos cualquier día del clima o del calentamiento global.
Supongamos que no quiero besarte hasta que se me gasten los labios, que no quiero abrazarte hasta el cansancio, supongamos que no te quiero...
Supongo que es por eso que todo lo que escribo comienza siendo para mi y termina dirigido a ti...