Estereotipos.
Que desdichada realidad y que desdichado aquel que antepone la apariencia a la esencia.
Vivimos enjaulados entre estereotipos y apariencias; otros lo llaman sociedad. Somos caramelos y solo quieren nuestro envoltorio, hasta se inventan unos complejos para moldearnos si no somos la golosina perfecta. Y en realidad, no es nuestra culpa porque nos lo inculcan aún sin ser conscientes de ello. Hemos pasado de jugar con una Barbie a querer ser una al precio que sea.
Vemos dibujos animados que corean que las apariencias no importan, pero nunca he visto a una princesa de Disney rellenita y con anchas caderas. Vemos películas que tienen como grito de guerra el ser únicos e irrepetibles, pero que subtitulan que como nosotros no hay dos, si no dos millones. Vemos revistas donde predominan figuras esqueléticas envueltas en prendas de precios espeluznantes. Vemos un comercial de televisión donde siempre destaca, por encima de todo y todos, incluso del producto, la mujer delgada y el hombre musculoso. Ningún órgano más promiscuo que el ojo y ningún apetito más insaciable que el hambre de la perfección.
Estereotipos tan cotidianos como tener que ser alta, delgada, original, de sonrisa impecable. Lo más absurdo; que si un médico tiene mala letra, que si eres artista te mueres de hambre, que el tener tatuajes significa indecencia, que la madurez está en la edad, que debes escuchar un determinado tipo de música, que si eres músico debes hacer un determinado tipo de música, que debes leer unos determinados libros, que si eres escritor debes escribir un determinado tipo de libros e incluso el no poder tener amigos del sexo opuesto sin que sea algo más. Hasta lo más racista; denigrar gatos negros, mirar por encima del hombro a gente diferente a ti e incluso nos obligan a usar el despreciable calificativo "lápiz de color carne".
Haced la prueba: pedirle a un niño ese color, y os da la cera con un color entre rosado y naranja. Y lo peor es que si le pides ese mismo color a un niño africano te dará la misma cera que el niño europeo. Porque le meten en la cabeza que son diferentes, y me da una rabia inexplicable porque todos iguales hablando de derechos, e incluso somos iguales en el tema de la personalidad, pena aún más grande.
Si esos lápices de distintas tonalidades están en la misma caja, ¿por qué nosotros no podemos estar en el mismo planeta? ¿Bajo el mismo cielo y sobre el mismo suelo sin creernos superior del que está a nuestro lado? De verdad, es una pena.
Opino que hay distintos rangos que afectan a las personas respecto a este tema con extremos bastante opuestos y diferenciados: los que imitan lo que ven y los que intentan ser lo que los demás no son. Por eso mismo soy partidaria de la gente que sabe innovar, de los que quieren dejar de tener complejo de fotocopiadora. Por los absurdos estereotipos cada día que pasa siento como se pierde la identidad de muchos de los que me rodean, que se olvidan de lo que son para convertirse en lo que los demás esperan de ellos sin querer dejar de ser siquiera una copia más controlada por las masas. Incluso denigran su pasión por unos centavos más en trabajos estresantes; y la pasión es aquello que se supone harías hasta gratis. Unos buscan dinero y a otros sólo el respirar les da para vivir. Aunque no sé come del aire.
Exijo cotidianidad y proximidad en todo esto, debemos hacer patente la igualdad, la dignidad de las personas que deciden compartir la vida junto a otra persona, que deciden amar a otra persona del sexo que sea. Debemos apoyar el físico, la mentalidad, las creencias. Debemos dejar de asociar ropa con clase, clase con tatuajes, tatuajes con inteligencia e inteligencia con estudios.
Que dejéis de ser racistas, machistas, feministas, cada uno es como es, copón. Dejad de menospreciar un beso en la mejilla, una caricia, un abrazo, un susurro, dejar de menospreciar a una persona, animal, planta; todo lo que conviva contigo en está desastrosa sociedad por muy inerte que sea. Que salgas a la calle como te dé la gana, escucha lo que te dé la gana, sé quien te dé la gana, vive como te dé la gana, pero vive siendo lo que tu quieres y no lo que ellos quieren. Porque créeme, nada puede salirte más caro que ser tu mismo pero que no hay nada con mayor gloria.
Independientemente de si lo consigues o no, debería bastarte con el continuado intento y el saber celebrar los logros ajenos.
Si no vas a ser tu mismo, no te quejes cuando todos seáis fotocopias de todos. No te quejes cuando vayas caminando y parezcais un espejo; todos iguales, sin una pizca de originalidad y la cabeza hueca. Sinceramente, hagas lo que hagas te van a criticar, así que vive tu vida y los demás que canten misa en gregoriano si quieren. Pero no puede ser que tengáis complejo de fotocopiadora y ni os molesteis en negarlo. ¿De qué sirve un cuerpazo con una cabeza vacía, de que sirve una bonita caligrafía con una pésima ortografía? Dejad de vivir vidas ajenas y haced que la vuestra sea única e irrepetible. Haced que entren ganas de fotocopiarla.