Inhalo paz, exhalo estrés... ese fue el mantra que recité para no perder los estribos el día en que el que llego a mi casa después de hacer unas compras.

Resulta que mi hijo, el chiquillo que cumplió años este mes, decidió que era una buena idea descargar en mi pc Canaima uno de sus juegos favoritos: Minecraft.

Él lo descargó, pero al hacerlo se dio cuenta de que el juego no corría, porque no tenía espacio. Él muy resuelto decide borrar unos documentos de la pc.

Le pregunta a su tía si puede borrar una carpeta que ella tenía en mi pc. Ella le dijo que sí y procedió a borrar. Volvió a correr el juego y nada.

El niño siguió borrando y borrando. Cuando llegó de mi faena. cansada y con ganas de una ducha y descansar. Escucho que mi hijo dice: ¡Listo, tía ya arrancó!

Mi cara fue todo un poema ¿Qué arrancó? fue mi pregunta.

Pregunta a la que recibí respuesta:

-Mi juego, Minecraft. Tuve que borrar varios archivos.

Al escuchar esto, mis alarmas se prendieron

-¿Cuáles archivos? Entré en pánico.

Pánico que iba en aumento cuando veía que no estaban por ningún lado los documentos de mi trabajo: notas de los estudiantes, planificación de clases, asignaciones, recibos de pago, listado de clases y demás documentos.

¿Ustedes han visto esos muñequitos a los que se le van subiendo presión y se le vuelan los tapones y comienzan a pelear? Entonces, supongo que ya sabe cuál fue mi reacción.

Después de su respectivo jarabe de lengua (expresión venezolana que significa pelear o regañar a alguien por algo malo que hizo) apagué la computadora, castigué al muchacho en cuestión y me dediqué a hacer otras cosas.

De las otras cosas que hice ese día

Seguí inhalando paz, exhalando estrés y me puse a organizar las cosas que compré. No fue mucho: una harina, un café, un jabón y asadura.

Cada día cuesta más comprar en mi país. Eso me tiene preocupada, porque entre los malos servicios que tenemos, la falta de aparatos tecnológicos y el dinero para comprarlo, cada vez es más difícil disponer para otra cosa.

Las cosas en la calle siguen igual. Todo más sucio, las cloacas desbordadas, desorden en la colas... Noté que en mi país se está usando, además del dólar, otras monedas.

Mi pregunta era ¿de dónde sacaban divisas? ¿qué hacían ellos que yo no hacía? ¿Será que tienen una mata de dinero en al patio de sus casas?

Esta y más preguntas venían a mi cabeza ese día. Lo cierto es que, acomodé las cosas en su lugar. Ayudé a mi mamá a cocinar. Almorzamos y nos fuimos a descansar.

A pesar del percance con la pc, todo terminó bien. Mi hijo sigue castigado sin pc por unos días. Él aceptó su castigo sin chistar y consciente de que lo que hizo no estuvo bien.

Si alguno de ustedes sabe cómo recuperar archivos de una pc, les agradezco su ayuda.

Les dejo un fuerte abrazo... Nos leemos pronto, siempre y cuando el internet me lo permita.