The sudaca thrasher journey. A trip into the roots of the first South america warfare tour 2015 1/14 Photo story.
Las historias siempre nos hacen perseguir nuestras propias lineas, siempre existirá el momento en el tiempo y el espacio donde muchas de ellas se entrelazan, donde los sucesos se conectan a través de un hilo invisible, pareciera que bailaramos al ritmo de un tambor cósmico en una danza ritual donde vinimos a contemplar la vida, la muerte, lo creado y lo pensado, lo impermanente y la voluntad eterna, vinimos a contemplarnos a nosotros mismos con los ojos del universo. Todos, absolutamente todos nuestros recuerdos inundan cada palabra y cada linea, en algún momento de la lectura usted será yo y yo seré usted, así que póngase cómodo, y disponga de un momento para darle una mirada a una historia Joven con miles de kilómetros, agua caliente, Altos decibles, mucho vino, mucha cerveza, muchos conciertos, mucha, caña, mucho carrete, mucho lanzar, todo tooodo revuelto, muchas terminales, primero un bus, luego otro, luego una tarima, luego un fieston, luego una despedida, luego una terminal y así, sin terminar. Como cuando en la vida encuentras tu propio espiral.
Capitulo 0
De la resaca 700 días después de la resaca.
Con los labios secos y la boca con sabor a cenicero, con un silbido en los oídos me despierto. Miro a mi alrededor y por fortuna o desgracia me encuentro en mi casa, en mi habitación, como si hubiese sido escupido al mundo por segunda vez, veo todo con extrañeza, y mi cerebro hace un esfuerzo significativo para traer de vuelta mis recuerdos. ¿que tanto podría un hombre extrañar sus recuerdos? Quizá la noche anterior intentaba borrarlos para siempre, ¿y que es lo que queda entonces? Una malla de memorias olvidadas, de momentos recreados, de momentos editados, reviviendo a través del recuerdo, evocando clásicos bacanales donde se sirven bebidas que invocan sublimes gemidos y lamentos, gritos de guerra, expresiones emitidas por la libertad, la decadencia...
Desde Tumbes hasta Chiclayo.
Recuerdo que en aquella ocasión el sonido rabioso del metal golpeaba con mucha fuerza el recinto y sus asistentes. las luces, el humo y el alcohol ambientaban perfectamente este momento digno de retratar en un lienzo. Era la fiesta, razón única por la cual fui escupido al mundo por primera vez creo, ya que nací con una sed insaciable. Eran pasadas las 8 de la mañana cuando partimos de la terminal rumbo a la ciudad de Lima, la capital del perú, sin si quiera saber que nos esperaban mas de 15 horas sentados en un bus. Sentí las secuelas de una noche de muchos excesos. Y no solo de esa noche si no de las ultimas dos semanas, sentí algo de pena por no estar preparado para eso. Quizá nunca estamos preparados para el camino me recuerda una voz interior, que sarcásticamente me recordaba mi larga racha alcohólica.
Tan pronto como pude pude comí y bebí algo antes de abordar el bus, tenia mucha resaca como para comer pero me esperaba un viaje largo. apenas se puso en marcha el bus sentí como mi cabeza comenzaba a alivianarse y lentamente comenzaron a aparecer los recuerdos, espontáneos, al igual que muchas poblaciones que se comenzaban a avistar en el horizonte. Chiclayo solo parecía un sueño mas, otra ciudad mas donde quedo un pedazo de este corazón. Dormí una buena parte del camino, pero el resto de tiempo me entregue a escuchar mi mente, con una profunda alegría pero también nostalgia, algo de incertidumbre, también cansancio de llevar a cabo esa búsqueda insaciable. Y es que a medida que yo me alejaba de mi lugar de origen me iba dando cuenta que muchas cosas iban cambiando, pero en esencia seguía siendo el mismo, y por mas que intentara escapar de todos mis demonios parecía que todo cada vez estuviera mas cerca. Demasiado tiempo para pensar resulta letal cuando estas obsesionado con una sola idea en tu cabeza.
Prueba de sonido y espera en la terminal de Chiclayo.
► Watch Source (IPFS)
Viajar por la costa peruana era para mi como darle una pequeña probadita a lo que se debe sentir tener un desierto en tu mente, una marea agitada en tu corazón, el azul del tiempo que la distancia lo hace ver inmóvil, pronto de nuevo mi rostro volvió a sonreír, mientras recordaba, mientras miraba con extrañeza sus rostros recordando la ultima noche. Habitaba en mi el sentimiento de que todo estaba bien, es que esa noche ni ellos ni yo salíamos del asombro, asombro que nos producía el hecho de saber que estábamos lejos de casa, que habían pasado casi dos semanas desde que salí en su encuentro y es que no era para mas, las circunstancias que habían permitido ese encuentro fueron extraordinarias, nada mas recordar que un día antes despertaba, esta vez con mi rostro sobre la arena, y el ronco y sonoro ruido de una chicharra proveniente de un peculiar vehículo que llevaba un tiempo considerable tratando de despertarme para que me quitara de en medio de el camino. Mi primera noche en perú y parecía ser la ultima. Había cruzado la frontera durante la noche, en la mañana me dedique a hacer unas cuantas monedas, conocer y visitar un lugar que había ansiado por algo mas de siete años, siete años de añoranza consumados en uno de los atardeceres que tienen esa magia de aparecer al cerrar los ojos. Estaba en Máncora, tal como en el sueño. Ese día probé platos exquisitos y licores, la música, las olas, las personas pareciera que lleváramos allí siglos danzando, todas las miradas y todos los rostros eran familiares. Y así como el el horizonte el cielo y el mar se unen, así paso con la noche y el día, así paso con la alegría y la tristeza, así paso con el letargo y la ansiosa prisa. De repente me veía en una carrera contra el tiempo para llegar a Piura, para luego darle a toda prisa hasta encontrar en la fresca noche un king kong de Lambayeque, una Chiclayo donde ambientaban los sonidos de la noche, caminando a pasos largos las incontables y desconocidas calles, usando solo el coraje y el olfato para rendir culto al cañazo, a los puñetazos fieles a la distorsion y a los riffs rápidos.
Imagenes de Máncora Perú - Aproximadamente 170 kilogramos de equipaje.
Mas o menos así fue como comencé el viaje de mi vida, atravesando las montañas para ver el sueño de muchos realizado, para vivir en carne propia, el ir y venir de una banda con un propósito claro y honesto, para presenciar en primera fila el catapultamiento a las estrellas de esta banda, que en esta ocasión me corresponde el orgullo de presentar, ellos son nada mas y nada menos, desde la Ciudad De Bogotá: Perpetual Warfare. Gracias por leer esta primera entrega y espero que sigan cada uno de los capítulos.
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Muy pocos votes para tan bonito relato. Gracias por compartir, escribes muy bien :)
:) Muchas gracias por tomarte el tiempo Valenttina, me alegro que te halla gustado.
Really nice post...!
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great post!...loved it... upvoted and followed
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