La Santa Muerte

Para muchos, la muerte es un castigo Divino que acarrea una separación obligada de nuestros seres queridos, para otros, (en lo personal), la muerte es parte de un derecho que tenemos los seres humanos de descansar, evolucionar o llegar a estados más elevados. Diferentes culturas han considerado o consideran el hecho de desencarnar como un camino hacia otro plano donde continuar con las actividades que realizaban en la vida diaria, dichas culturas conmemoraron la vida después de la muerte, según la forma en la que daban sepultura a sus seres queridos o en la manera de tratarlos luego de proceder a la inhumación de los retos.

Ejemplos de esto, se encuentran en países como la antigua ciudad de Ur en Mesopotamia, en la que se hallaron vestigios de entierros fastuosos y escalofriantes; así como en Egipto, China, y México; estas naciones desarrollaron una cultura propia en relación a lo que es un tema complejo para muchos, en el antiguo Egipto, por ejemplo, poseían estrategias muy elaboradas cuya finalidad era la de preservar los cuerpos de las personas fallecidas. Dichas estrategias, consistían en preparaciones complejas en los que el cadáver era tratado con aceites, esencias y sales de natrón para el secado del cuerpo durante sesenta días, luego de extraer los órganos considerados más importantes, así como el cerebro, al que no daban mucha importancia; ya que era el corazón del difunto el que según el Libro de los muertos seria revisado en la balanza de la justicia por el dios chacal Anubis.

México por su parte, posee una rica cultura que conmemora de una tierna manera a sus seres queridos después de su fallecimiento; una vez al año decoran sus casas, se preparan platos tradicionales, la familia se reúne en los cementerios para adornar las tumbas y compartir con sus seres queridos ya fallecidos; es una tradición heredada de la cultura indígena, en lo personal la considero muy hermosa, pues es una forma de continuar demostrando ese amor incondicional por quienes ya no están físicamente con nosotros.

Hace un tiempo tuve la oportunidad de participar en actividades relacionadas a este tema, específicamente sobre Egipto y México, en los que disfrute y descubrí que a través de la muerte se desarrollaron manifestaciones artísticas complejas y muy hermosas, que reflejan un aspecto socio antropológico que me permitieron analizar lo que significa perder un ser querido, a veces no le damos la importancia en vida a los que tenemos, o la vida que llevamos, lo más preocupante es el hecho de darme cuenta de que hay algo de temor y egoísmo de nuestra parte; perdemos a un ser querido y lloramos porque no lo veremos más, o no sabemos sobrellevar la ausencia, o tememos nuestra propia suerte; nuestra muerte. Y es que no es la muerte que tengamos, es la vida que llevamos y la forma en la que amamos cada segundo de esa existencia; el resto, es lo que desconocemos y que no hace falta buscar.

Imágenes tomadas del Museo de Bellas Artes de Caracas durante la puesta sobre Egipto y del Encuentro sobre el día de los muertos realizado en la Torre Previsora con Cámara LUMIX PANASONIC FP3