Trabajar en Venezuela es una misión bastante difícil, vengo retornando a mi casa después de una jornada al igual que la de cualquier ciudadano de mi país. Voy a narrarle las primeras cinco horas a ver que les parece como ha ido cambiando nuestra situación:
6:00 a.m. Levantarse, para bañarse y desayunar (Comer en la calle es un capítulo que quedó en la historia).
7:00 a.m. Montarse en un Micro Bus para dirigirse a Las Vegas, no hablamos de la ciudad millonaria sino de un pequeño pueblo que en circunstancias normales está a hora y media de mi querido Tinaquillo.
7:10 a.m. Nos bajan del Micro Bus unos uniformados, al final no entendemos para que, porque dos minutos después nos piden que nos montemos. Creo profundamente que lo hicieron en nuestro beneficio para calentar el cuerpo y hacer algo de aerobic al inicio de la mañana.
7:30 a.m. A la altura de un sector denominado El Salto, se espicha un caucho. Parece normal la situación pero en este momento el colector empieza a tratar mal a todos los pasajeros y a decirnos que no nos va devolver el pasaje, absolutamente a nadie.
7:35 a.m. Comprendo que el colector se cree un dictador y el Micro bus es su país.
7:40 a.m. Nos mandan a bajar y nos enteramos que no existe un caucho de repuesto. Es bueno aclarar que ya nadie usa este artefacto en el país y no porque sea de mala suerte, sino que la economía no da para comprarlo.

8:00 a.m. El colector nos dice que si pasa otro carro el nos va a montar, aclarando una vez más que no le va a devolver el pasaje a nadie (Ya lo sabíamos).
8:10 a.m. Sigue la espera y no pasa otra unidad que nos pueda hacer el viaje.
8:20 El chófer hace una llamada telefónica y aparecen dos muchachos en una moto con un caucho inflado y listo para montarlo en el Micro bus.
8:30 a.m. Le escribo a mi esposa y le digo que aquellos muchachos que llegaron con el caucho los podemos declarar héroes nacionales.
8:40 a.m. Los muchachos se dan cuenta que falta una llave y se regresan nuevamente, me imagino que para su taller a buscar la herramienta.
9:00 a.m. El caucho está listo, arrancamos nuevamente en la ruta hacia Las Vegas.
10:30 a.m. Voy aterrizando en la oficina donde voy a trabajar, me siento de ánimo para que sea un día fructífero, necesito que rinda el tiempo, no puedo regresar tan tarde porque después de las cuatro de la tarde ya no se consigue transporte.