QUE MI CEL ME PIENSE

Es un desafío para las universidades hacer ciencias. En Venezuela, en muchas casas de estudios, no se hace, lo que nos saca de las grandes revistas científicas, a la vez que nos hace más dependientes de la tecnología foránea.

¿A guisa de qué, eso de pensar epistémico para hacer ciencia y tecnología? Expliquemos:
El pensar epistémico es una categoría que el maestro y filósofo chileno Hugo Zemelman nos legó para las ciencias sociales, a propósito de los desfases que hay entre algunas teorías sociológicas y la realidad para quien ella debe aplicar porque, arguye el referido autor, “el ritmo de la realidad no es el ritmo de la construcción conceptual”. De ahí, según el pensador, que hay que resignificar la realidad existente.

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Entonces, le tomo la palabra para hacer un giro copernicano con eso de pensar epistémico y lo pongo a gravitar con la ciencias duras y con la tecnología, para que los investigadores de hoy puedan, interpretando y resignificando facticidades de la realidad dada, construir y producir pensamiento para una ciencia y una tecnología que adecúe al ser a su espacio y a su tiempo, interpretándolo, donde, a su vez, este pueda resolver, desde sus emociones, en esta vorágine de cosas del mundo, con la inmediatez de estos signos epocales.
Ciertamente, existen los llamados cel “inteligentes” que resuelven un sinfín de cosas, pero, muchas de las aplicaciones que traen consigo estos adminículos, no logran aun hacer posible, para quien los use, desarrollo de pensamiento autónomo, ni desarrollar inteligencia emocional con la ayuda de la tecnología ¿Qué no es posible que una maquina nos haga pensar, pues cada “ceramiquita laminada” trae consigo las respuestas que necesita el usuario en cada una de las situaciones que se las requiera? También cierto.
¿Será posible que un teléfono funcione en correspondencia al usuario, que sus chip se conecten con las emanaciones, efluvios, alientos y aromas del ser, que devele e interprete sus emociones; es decir, que tenga, el aparatico, la capacidad de ubicarse en las coordenadas físicas y humanas del ser que lo active?
Tal vez, por ahí se pueda dar inicio a la tecnologización de las subjetividades de ser, y, desde ahí, hacer surgir el desarrollo de un pensamiento que genere epistemes para transformar realidades fácticas que se generen de las sensibilidades y profundidades de la existencia humana. Cuántos suicidios podrían evitarse, recomposiciones de relaciones afectivas; en fin un aparato que nos ayude a vivir emocionalmente y espiritualmente. Adicionalmente, conciliar con la inteligencia artificial para convivir armónicamente máquina-ser.
Estaríamos desrobotizando el mundo o bien humanizando los seres robotizados. En consecuencia, incorporando representaciones sociales y percepciones de la realidad en las memorias de estos ship, para que puedan estos interpretar formas de interaccionismos simbólicos de los humanos seres en la comunicación con sus semejantes.
¿Será posible que un cel suprainteligente produzca pensamiento epistémico y me interprete ontológicamente?