3 meses después del primer post.
3 meses han pasado.
Como ven, evidentemente soy uno de tantos usuarios más de esta plataforma que simplemente no dieron seguimiento a su propio trabajo.
Al parecer soy de esas personas que quieren todo fácil en la vida.
Tengo buenas ideas pero no les doy seguimiento, pero es algo que voy a cambiar.
Creo que para poder cambiar tales hábitos, primero hay que ser honesto con uno mismo. Y debo reconocer que no estoy seguro de qué tan constante puedo ser publicando entradas aquí. Pero lo que sí sé es que volveré.
Fue un regocijo para mí leer mi entrada pasada. Me puse en contacto con los sentimientos que tenía en ese momento. Algunos siguen presentes ahora, otros ya se ven más pequeños a lado de la experiencia.
Ésta temporada ha sido dura. Como comenté en el post pasado, estoy viajando. Me encuentro en Argentina, ésta vez en la ciudad de Córdoba. Ya viajé a dedo, bebí con gente de todo el mundo, pasé por toda clase de emociones, desde las alegrías más grandes hasta los quiebres emocionales más intensos. Nunca había vivido fuera de casa de mis padres, y de un momento a otro ya viví en Vietnam, en Malasia y en Argentina, y ya pisé Canadá, Taiwán, Hong Kong, Singapur y Londres. Independientemente de lo duro que ha sido, me llevo estas experiencias a la tumba con satisfacción.
Estoy recargado y lleno de estoicismo. Y con esto quiero decir que en lugar de luchar contra mis inseguridades, las he aceptado como parte de mi para poder comenzar a cambiarlas. Después de todo, son lo que me hace humano.
Las inseguridades siguen, y el dolor continúa pero ensordecido por la experiencia. Cada vez más me siento como el meme ese del pescadito de Bob Esponja que trae una mochila y se está incendiando mientras tiene una cara de total indiferencia.
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Por otro lado la luz al final del túnel se empieza a vislumbrar, pero se ve que está muy lejos.
Mi novia está por comenzar a trabajar. Yo ya tengo trabajo.
Tal vez no sea muy evidente. Pero éste post únicamente pretende expresar cómo me siento en este momento. No tiene ni pies ni cabeza como tal, y si tuviera que elegir un propósito para quien lo lea sería el de aconsejarte a ti que lees esto, que si tienes una inseguridad fuerte, ansiedad o depresión, aceptes estos hechos como parte de ti, que los entiendas y los abraces, que entiendas que no eres el único, y que sólo entendiendo que estas debilidades te hacen humano, es que podrás quitarles poder sobre tu vida.
Ten un objetivo. Ve por él.
El mío fue darle la vuelta al mundo, y ahora tengo uno más.
¿Cuál es el tuyo?