En el  pequeño  pueblo  de  Zagórz.

Regalos de oro de la naturaleza.
Y con el dragón para conducir bailes,
Y la sombra negra ganó la batalla con el corazón, te gobierna.
En el parpadeo de las tierras de otros mundos,
Una ventisca en ríos sombríos,
O encoge los hombros de todos modos.
Él nosotros, como amamos a nuestros hijos.
El camino estaba rayado como costillas, delgados durmientes,
Él no sabe que la gente lo tratará muy cruelmente.
Y le da generosamente el collar al que tiene la cara brillante.
Yo diría, él tomaría, muy rápidamente, lejos
¿Estoy en lo cierto?
Ciertamente puedes intentar
Como un hilo fuerte de cuerda.
Y que vivan felices y bellamente.