Words to the Master

4 years ago i wrote this tale, i wrote this for one of the best teachers i could have, nowdays he is... beyond right now, but i did appreciate everything he taught me, i hope you will enjoy this

“The master is master because had failed more times that the beginner had tried”

Tú también, yo estoy seguro de eso; Tú también has estado viendo hacia atrás todo lo que ha pasado en tu vida, si bien yo sé que has vivido más que yo, lo poco que he vivido lo reflexiono cada paso mientras camino, además sé que somos personas… eso es todo lo que necesito para comprobar que en el fondo hacemos las mismas cosas. A ti y a mí nos gusta recordar nuestras vidas mi amigo.

Disfrute de aquel libro que me prestaste hace un tiempo, ese que terminaste de escribir cuando tenías aproximadamente mi actual edad, me recordó aquellas historias de abuelos y nietos conmovedoras que uno siempre encuentra, en nuestro caso, el término maestro y aprendiz sería mejor apreciado para la historia, como buen maestro enseñas a tus alumnos cada mínima experiencia, tropezón y caída concedida en tu trayecto hasta esta pequeña ciudad, donde a pesar de la barrera que has tardado una vida en construir, docenas de jóvenes han logrado clavar en tu muro (ese que orgullosamente consideras impenetrable) una pequeña aguja, y que en contra de tus afirmadas palabras sé que tu estas consciente del efecto que ha llevado a cabo en ti, no digo que sea un daño considerable, pero tu bien me has enseñado que 1000 soldados de juguete pueden cobrar vida si alguien está dispuesto a cumplir el deseo de un pequeño niño.

¿Realidad o ficción? Si el ser honesto es la característica con la que defino mi presencia en tus clases, tu deseo por encontrar el origen de cada mínimo detalle, y tu ambición por el conocimiento son los que te definen a ti, aunque admito que en contraposición esta la brutalidad con la que pulverizas aquellos que osan retarte, no haces más que impedirte conocer otro camino que (digo yo) te hubiera llevado al mismo lugar en el que te encuentras; Si “todos los caminos conducen a Roma”, todas las experiencias que te puedan otorgar no son diferentes a las que en silencio aceptamos de tu parte, el aprendizaje empírico ajeno es el método con el que mas lecciones me has enseñado, recordándome la frase de una vieja película de mi infancia: “el que aprende de su propia experiencia es inteligente, pero el que aprende de la experiencia ajena es sabio”, pero en el reto de superarnos a nosotros mismos (concepto que ambos compartimos por crianza), me da la impresión de que olvidaste el: “nunca he conocido nadie tan ignorante, que me fuera imposible no aprender algo de él”, irónicamente siempre me recuerdas que me falta vivir mi vida, recalcando la falta de experiencia por la plena juventud en la que me encuentro, aconsejándome aprender cada vez más (cosa que creo haber demostrado no debes repetir dos veces), mientras no me crea superior a los de una generación olvidada, sé que estaré ubicado con tus enseñanzas guardadas en mi bolsillo , sin embargo, tu no debes subestimar a la generación actual, el 1% siempre ha sido declarada el líder del otro 99% y ese 1% se va sustituyendo, no pongo en duda las capacidades que me has demostrado así como las que te faltan por demostrarme, pero jamás dudes tú mi amigo, de las que voy a tener, porque a diferencia de ti a mi edad, yo tengo un arma mucho más filosa … la experiencia de tu edad actual que me has compartido.

Suelo pensar que el alumno aprenderá siempre que el maestro le quiera enseñar, pero fue mi deber el buscar maestros dispuestos a enseñarme, a todo les debo algo, uno me enseñó sobre la constancia y los logros dándome retos que mi personalidad de la infancia consideró como míseros juegos infantiles, los persistentes desafíos en la siguiente etapa me mantenían trabajando cuando mi segundo maestro me dijo: “Tómatelo con calma, siente y disfruta lo que haces, vívelo”, palabras difíciles de olvidar, ya que marcaron el final de aquella época estresante donde cada hora y segundo estaba estrictamente pautado por una agenda que no permitía improvisación alguna, el aburrimiento apareció pronto, pero fue sustituido por una enseñanza aun superior, la de aprender a improvisar los planes sin salirte de ellos, irónicas algunas enseñas recibidas ¿verdad?, después de estos 3 maestros, la melodías del mundo se hicieron más fáciles de escuchar para mi oído y mi voz se tornó lo suficientemente fuerte para responderle y lo más importante, ¡¡¡¡¡Para exigirle!!!!! Si, para exigirle… como cualquier otro niño inmaduro exigiendo algo que en el fondo no me pertenece, gritando y pidiendo más como si fuera un bebe hambriento, y así me mantuve gritando cada cosa que quería a los 4 vientos… luego llegaron los que me han restaurado lo único que todos deberíamos conservar de la infancia, ¡¡no la inmadurez, ni los antojos y pensamientos infantiles!! , si no la dulce inocencia.

Un cuaderno y un lápiz se tornaban en armas peligrosas bajo sus órdenes, aquello por lo que yo peleaba con ruidosos gritos de batalla, ellos con los pensamientos controlados, con los más mínimos movimientos, con una mirada serena y analítica en cada detalle me lo arrebatan sin decir una sola palabra, no me quedaba tiempo para arrepentirme de mi derrota, me quedaba asombrado de sus elegantes jugadas, así eran, y aun son mis últimos maestros, ellos no perdían su tiempo regocijándose, entendí que no era una victoria, porque ni siquiera fue un juego, una partida de ajedrez se decide cuando el rey manda a su súbdito a una ubicación que el rey no había percatado estaba siendo vigilada para ser emboscada al instante, yo era el rey ciego que perdía siempre, pero en vez de lamentarme solo los veía ganando como si nada, inexpresivos, incluso sus combates entre ellos mismos no perdían su esencia calculadora; cesé mis encuentros y llegó el entrenamiento… no, llegó la vida, la auténtica vida, no el juego infantil del que yo era fanático. Mi viejo cuaderno donde aún tenía las enseñanzas de aquellos que me ensañaron el arte del sonido fue desempolvado, aun tenia paginas donde podía escribir; Fui tonto, anote lo que creía que era hablar usando la definición de gritar, pero ya había empezado una lección aún más avanzada bajo nuevas tutelas… “Las palabras, las primeras palabras”… no las que uno dice de bebé, como papá y mamá… sino las palabras que se pueden decir sin el sonido de una voz, de manera sigilosa y nada llamativa y aun así es más fuerte que cualquier arma que haya leído en libros de historia, de guerra o algún súper poder de ciencia ficción o fantasía, porque este era de proporciones diminutas, y era real.

Al igual que tú, yo también me rio de como pensaba en el pasado, jajaja es muy hilarante recordarlo realmente y reconozco la conciencia que se gana al reír sobre el tema se torna en ambición si me concentro en el futuro, pues sé que mañana tu y yo nos reiremos de estas etapas que cruzamos, que si bien no son las mismas, disfruto el sentarme a compartir las anécdotas.

Considero la existencia de algo invisible aunque tú la rechaces, no es que crea en ella, el agnosticismo es el camino que elegí cruzar, pero yo no hablo de algo invisible con poderes mágicos y que sea omnipotente, sino de una energía que nuestra tecnología actual es incapaz de medir, pues la humanidad no nació midiendo el calor, el termoscopio de Galileo fue quien lo hizo, tal vez algún día la ciencia compruebe mi pensamiento, sé que los dos esperarnos escuchar quien dirá el: “Te lo dije”; Hasta entonces esta energía invisible podemos seguir llamándola casualidad. Un día antes de clase paso la noche viendo las estrellas, y al día siguiente me piden dedicarles unas palabras a los astros conocidos, así mismo discuto sobre el mal uso de los objetos, y luego me preguntas en clase: ¿Qué está pasando de mal en este mundo?, es como si esta casualidad quisiera mantenerme informado o prepararme mejor para tu entrenamiento, no usare un libro como sartén, ni tampoco una mesa como martillo, pero si las palabras como el aprendizaje que son.

Alguien me dijo una vez, “¿Te imaginas que todos dijeran frases memorables?, ¡¡Yo tendría que tener una buena memoria para recordarlas todas!!” precisamente por eso me esfuerzo en recordar lo que escucho, pues la manía de escuchar las melodías me es inútil si no puedo reproducirlas, tal como fueron originalmente expresadas, sé que sabes de canciones, tú mismo me has recomendado varias.

La historia es tu punto fuerte, a pesar de que admito no es tema que me apasione, cualquier historia es digna de escuchar siempre y cuando al narrador le brillen los ojos, las mejores historias se nos quedan grabadas y siempre nos viene el “quisiera que me pasara algo así” un niño después de ver un película de vaqueros le provoca practicar el uso de algún arma, mientras que historias de romances nos traen fantasías donde decimos: “quiero conocer alguien así” y en vez de preocuparnos de ser personajes fantásticos, queremos vivir escenas fantásticas siendo los personajes comunes y aburridos que en verdad somos. Lo más fascinante en tu caso es que mientras más enseñas más quieres aprender, me di cuenta debido a cierta expresión que dijiste en silencio; y al igual que yo, sé que cuando un ser superior se te pare enfrente, sé que ambos en vez de atontarnos asombrados, le pediremos que responda preguntas para compartir conocimientos y así subir al nivel superior de donde él proviene mientras nos enfrascamos en una nueva aventura intelectual.

Luego de todo me contaste tu compasión por los que van al limbo, aquellos que no hacen nada digno de recordar y ese es precisamente su castigo, ser olvidados, no hacen nada por su vida ni por la de otros, solo existieron y su existencia fue tan mínima como seca, creo haber conocido personas que lamentablemente cumplen con dicha condición, pero un: “Se desdichado si eso te hace feliz” son las únicas palabras que les puedo dedicar. ¿Hay seres que no deben reproducirse? Si bien es una cruel afirmación, lo realmente cruel es desear la extinción de una especie, desencadenamos muerte y odio a los vencidos en la historia, borrándolos como la escoria derrotada y parasitaria que nos convienen que crean las masas, el vencido no siempre es malo, pero hay algo cierto, solo el fuerte sobrevive, y si son fuertes se seguirán reproduciendo y sobreviviendo, por eso es que hay que entrenar quienes serán nuestros soldados para derrotarlos, sé que es la misión por la que mis maestros me han entrenado, y sé que no ganaré la batalla… Así que te pediré una última ayuda, entrenaré las fuerzas que nos sustituirán a ambos, tú y yo sabemos que el enemigo ha corrompido a nuestros futuros representantes, por eso mismo te pido tu asistencia, pues necesitaré tu ayuda, y aunque sé que te cuesta admitirlo, tu necesitaras ayuda, tal vez no la mía, pero todos necesitaremos ayuda en ese encuentro que se aproximara.

Engreído y presumido son el significado del último idioma que me enseñaste, y te quise dedicar unas palabras antes de empezar mañana mi siguiente misión, he pasado todo este tiempo desde la última vez que nos vimos recordando cada una de tus enseñanzas, pues sé que mañana las necesitaré, jugaré calculadamente como me enseñaste y no volveré a gritar, porque he aprendido que lo mejor es callar durante una batalla, creo que seré de los pocos que se distraen escuchando melodías pero sobreviviré a la paradoja, sé que cada campo tiene una canción diferente pero la experiencia de los que me enseñaron me dice que si la encuentro seré capaz de seguirla toda la noche, mi talento para escuchar y recordar sus enseñanzas serán igual de peligrosas que tú misma experiencia, y guardaré bajo tu nombre la promesa de que mejoraré dichas experiencias y algún día se las daré a una nueva generación para seguir este ciclo tal como se ha hecho desde tiempos pasados, porque más que alumnos y aprendices hemos creado una sociedad gigante y sin anuncio de fin aparente donde nos retroalimentaremos para así siempre mantener la línea del frente lista, para la siguiente generación.

Gracias de nuevo por todo el armamento, espero poder verte al regresar para discutir nuevamente nuestras experiencias.