No sé si tirarme al mar o al capitán #2

in #writing7 years ago (edited)

Hoy me he levantado bien, sin que se me cruce ningún cable me refiero. Y mientras pienso en esta idea se me amontonan mil pensamientos más, hay veces que creo que pienso demasiado deprisa y así pasa luego, que me agobio yo sola. Pero, como he pensado muchas cosas al final he decidido ir de compras (otra vez) a mirarme algo bonito para Nochebuena. Sí, he dicho que sí que iré. Me he traicionado a mi misma pero por una razón, cuando llamé a mi tía para inventarme un resfriado exótico y único me comentó que vendrían unos músicos de las mejores escuelas inglesas y con grandes dotes para el piano a tocar en directo durante y después de la cena. Mi perdición (en cuanto a hombres se refiere) son los músicos, en especial pianistas. Sólo pensar en esos largos, rápidos, fuertes y rítmicos dedos me hace la boca agua, además por regla general son personas tranquilas, melódicas y con una alta capacidad de saber escuchar. No estoy diciendo que quiera un pianista en mi vida pero sí cómo postre varias veces a la semana ¿Por qué no? Simplemente alguien que te haga lo que tu ya puedes hacer pero mejor y no me refiero a escucha música o encender el botón de la radio. Tal vez sí ha sido acertado referirse a botones. En fin, iré a la cena por si sobra algo y me puedo llevar el postre a casa, nada más.

Por este motivo he tenido que ir de compras, compras en serio porque quiero ser la que deslumbre pero pareciendo que no me he tomado muchas molestias para hacerlo. Es decir, algo asombroso y que realce mi figura escondiendo mis complejos pero con un buen escote y taconazo. Siempre escote y tacones, es la clave. Al menos para mi, pienso que después cuando te quites toda la ropa superficial y te quedes con la lencería de encaje tapando lo que queda unos buenos tacones siempre estilizan y engañan al cerebro masculino, además nosotras nos sentimos tremendamente atractivas y eso se nota a la hora de pasar a la acción. Por eso, lo primero es asumir que necesitas gastarte bastante dinero en un buen conjunto de ropa íntima que luego ni si quiera nadie valorará, a lo mejor y si tienes suerte coincides con tu prima en el baño y te dice lo bonito que es, pero la triste realidad es que te gastas un dineral en ropa interior de lo más sexy y cuando llega el momento de lucirla te la quitas antes de pensarlo. Una vez asumida esta idea te decides a entrar en la tienda, donde hay unas dependientas que siempre hacen que te sientas menos atractiva que ellas y aun así, levantas la vista y contoneas tus billetes por la tienda porque con el cuerpo hay poco que competir. Seleccionas (como habitualmente) un conjunto carísimo, negro y de encaje que no tenga costuras y no te apriete en las mollitas de la cadera.

Con tu bolsa super disimulada de la tienda (irónicamente hablando claro) te dispones a comprar algo de ropa. Y después de veinte tiendas y doscientas combinaciones encuentras un vestido, en una de las tiendas que siempre compras, que es demasiado corto y aunque lo sabes te lo quedas, porque te gusta como ajusta tu pecho y lo realza, además la cremallera tiene un detalle rojo y eso te encanta. Saliendo de la tienda y después de haber pagado recuerdas que has visto un bolso que le quedaba perfecto, al lado de los probadores y cuando vuelves ya no queda. Siempre me pasa lo mismo, siempre. Y entonces sólo quiero encontrar en otro sitio alguno parecido. Mientras, voy mirando también zapatos en los escaparates y casualmente aparecen ante mi unos negros, de sandalia, muy cómodos y con un poco de brillo que me eclipsa totalmente. Estoy tan contenta que me voy a casa con mi compra pero no son antes parar en un sex shop de camino en el que compro un lubricante muy recomendado y unas bolas de esas que tanto se llevan para ponerme durante la cena. Aun tengo que saber cómo funcionan exactamente pero yo ya las tengo y así las voy probando por casa.

LLego a casa y me quitó los zapatos tirándome al sofá rodeada de bolsas dispuesta a probarme todo el conjunto en sí. ¡Mierda! Se me ha olvidado comprar el bolso, voy entonces a mi armario de los bolsos y empiezo a rebuscar entre los cuarenta y dos bolsos que tengo si alguno me sirve para la cena...sí, cuarenta y dos y no sé si alguno me servirá. No quiero reconocerlo pero sé que tengo un grave problema con los bolsos y de los zapatos mejor ni hablamos. Cuando ya me lo he probado todo me voy cuenta de que estoy preciosa y me siento realmente sexy, ¡Y que casualidad que los zapatos también llevan un detalle rojo en la suela como el vestido! He encontrado un chollo, es que tengo un ojo para las compras...o eso me creo yo. Cuando estoy ya con mi moño de estar por casa, los calcetines con la patata en el dedo gordo y el pijama que me compré cuando iba al instituto me acuerdo de esas bolas chinas que me habían recomendado. Las saco de la caja y empiezo a leer que se necesita un lubricante especial a base de agua pero ningún tipo de mantenimiento y que las puedes limpiar con agua y jabón después de cada uso. Son como dos bolitas rosas y muy suaves que cuelgan de un cordel que sujeto con mi dedo indice y pulgar, creo que son de goma porque las muevo y se estiran y encogen. Me hace gracia y empiezo a ponerme nerviosa de estar sujetándolas. ¿Me las pongo? Pone en la caja que sentirás una vibración por dentro al ponerlas y estar en movimiento así que cómo tengo que pasar la aspiradora es un buen momento de probarlas (pienso yo). Así que me pongo la música que habitualmente me pongo cuando limpio y me bajo los pantalones apoyándome en el mueble sobre el que está la radio. Primero, pongo un poco de lubricante en mis dedos y lo mezclo en mi zona más íntima. Dejo que pasen unos segundos y empiezo a notar un calor interno bastante fuerte pero soportable, es entonces cuando sujeto las bolas con mi mano derecha y levanto la pierna izquierda apoyándome en la puerta del mueble con el pie mientras meto las bolas hasta el final y cuelga un hilito de goma entre mis piernas. Creo que me gusta más de lo que pensaba y esperaba.

Gracias a los que me habéis apoyado con esta iniciativa y espero no defraudaros y que continuéis apoyándome y comentando las publicaciones, siempre admito críticas buenas y malas. Y siempre es bienvenida vuestra opinión. Gracias a todooooos y de momento, parece que seguiré publicando estos textos.

  • La imágen es de google imágenes porque me pareció muy apropiada, pero si este proyecto sigue adelante crearé una propia.

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