Comienzo este escrito con Las siguientes frases: “La belleza interior es lo que cuenta”, la inventó un feo para no sentirse mal. “Si alguien te da un regalo y tú no lo aceptas, a quién pertenece el regalo?” y “Una vez conozca tus defectos, nadie podrá utilizarlos en tu contra”.

Desde pequeña no recuerdo haber recibido palabras de elogios por mi apariencia física, pero SÍ recuerdo haber recibido comparaciones de que me parecía mucho a mi padre (por mi prominentes cejas) por lo que siempre creí que tenía aspecto de hombre… Esto se vino a acentuar cuando llegué a la adolescencia y mi cuerpo no era de grandes curvas como lo veía en mis hermanas… Debo confesar que en esa etapa lloré mucho, ya que no estaba de acuerdo con lo que veía en el espejo y con lo que escuchaba alrededor: “Eres muy flaca, eres muy pálida, pareces tabla”, y pare usted de contar!!

Esta actitud de baja autoestima me acompañó en mi infancia, en mi adolescencia y hasta aproximadamente 15 años atrás cuando alguien llegó a mí y me dijo: “Escuchas mucho tus defectos y te ensordeces cuando te nombran tus virtudes… Déjate querer”.

_{Con el dueño de los valiosos consejos, mi amigo, mi mentor, mi guía}

Desde ese momento reflexioné, comencé a valorarme y prestar más atención a mis cualidades. No me tapé los oídos a mis defectos, sólo aprendí a hacerlos parte de mi personalidad y controlar los más agresivos, total, somos seres únicos y diferentes, con cualidades y defectos, con sus altas y bajas; lo importante es estar equilibrado y no quedarte en un solo lado.

Autoestima para mí es valorarse uno mismo, aceptarse tal cual, respetando al otro.

_{Chiquita con el pelo corto}

Muchos dicen: “hay que tener una autoestima alta”, pero conozco gente que dicen tener esa condición y que subieron una selfie y se molestaron porque no recibieron tantos comentarios o “me gusta”, o están en una red social donde colocan: “tu envidia me fortalece”…

Pienso que lo primero es conocerse, aceptarse y luego respetar cómo me vea la otra persona sin que eso afecte mi valoración, al fin y acabo, si me das un regalo, y no me gusta y no lo acepto, seguirá perteneciendo a la otra persona. Y si la otra persona cree poder atacarme cuando me resalta algún defecto, como ya yo lo conozco, éste no podrá afectarme haciendo enojar o deprimir. Y por último, pues si Dios no te premió con grandes cualidades físicas, trata de cultivar, abonar y mantener esas grandes cualidades espirituales que hagan embellecer tu interior.

Esta es mi participación para el concurso de @franyeligonzalez: Palabras Inspiradoras. Aquí puedes revisar el post y las bases