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PREGUNTELE AL HERMANO ELI SORIANO, LA BIBLIA RESPONDERA.
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Los celos son un sentimiento terrenal humano muy mezquino, propio de los corazones débiles, que enferma el espíritu, envilece al alma. El demonio busca a enfermar con el celo las realciones para destruirlas, para causar desunión.
Los celos definen a la persona que los siente como una persona insegura, desconfiada. El amor está basado en la confianza plena entre las parejas, cuando el celo se instala en el corazón, la relación comienza a caminar mal.
Curemos al celo con el amor, el amor puro limpio y verdadero, el Amor a Dios.
Corintios 13:4-13
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.
La palabra celos, significa ser o estar envidiosos de alguien que posee algo que nosotros no tenemos. Esta clase de celos es un pecado y no es característica de un cristiano, la persona celosa es controlada por sus propios deseos (1 Corintios 3:3). Gálatas 5:26 dice, “No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”
Una de las causas más comunes de separación de las uniones en la pareja son los celos, los que explotan tanto porque el celoso no disminuye o reconoce su exceso, como porque la pareja decide aceptarlos.
Algunas personas dicen los celos son un componente sinequanon de la relación de pareja o manifestación del amor. Sin embargo, los problemas que origina esta situación pueden volver la relación insostenible causando la separación.
Si bien es cierto que existen celos normales –causados por el descubrimiento de cierto coqueteo o interés por alguien que se encuentre fuera de la relación de la pareja, estos pueden ser resueltos si ambos acuerdan no transitar por el campo de la seducción. Pero hay otro tipo de celos que es el enfermizo.
La Biblia nos dice que debemos tener la perfecta clase de amor que Dios tiene por nosotros. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” (1 Corintios 13:4-5).
Entre más nos concentremos en nosotros mismos y nuestros deseos, seremos menos capaces de concentrarnos en Dios. Cuando endurecemos nuestros corazones a la verdad, no podemos volvernos a Jesús y permitirle que nos sane (Mateo 13:15). Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo nos controle, Él producirá en nosotros el fruto de nuestra salvación, el cual es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Santiago 3:14-15 dice, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”
El estar celosos indica que no estamos satisfechos con lo que Dios nos ha dado. La Biblia nos dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. (Hebreos 13:5). A fin de combatir esto, necesitamos hacernos más como Jesús y menos como nosotros mismos. Podemos hacer esto, estableciendo una relación personal con Dios.
Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
Refugiados en la palabra de Jehová, mantendremos protegido y a salvo nuestro hogar del mal del celo, que como cualquier otra peste es dañina y destructiva.
Pues cuando el matrimonio está bien fundado, cuando sus cimientos están soportados en la fe Cristiana, nada ni nadie podrá destruir ese castillo.
La persona que mantiene su fe en forma constante en Jehová, estará protegido bajo las alas del amor, será nuestro escudo divino que repelerá cualquier ataque que pretenda destruir nuestra fortaleza.
Ya lo dijo un poeta:
El Amor es el motor que mueve al mundo, y contra el amor nada puede
Siempre existirán las personas envidiosas movidas por el maligno para destruir las buenas relaciones, pero la fortaleza del matrimonio, es la fe en Dios y la biblia.
Ayudemos a las personas que padecen este sentimiento a salir de ese abismo oscuro de sufrimiento y dolor, llamado celo. Predicándole la palabra del señor, enseñándole el camino que lleva a la salvación. La cura es su infinito amor,
La persona que profesa el sentimiento de celos es porque carece de seguridad en si misma y desconfía del ser que ama.
Si la persona que sin motivo ni razón es celópata que no deja tranquilidad ni tiene la seguridad de la pareja con quien comparte es porque no hay un sentimiento real en si misma.
Debe conversar con su pareja, dejar que sea libre de pensamiento y desenvolvimiento en su vida, si no sana es porque primero no tiene fe en Dios que ha permitido esa unión, de continuar sin la fe confianza lo mejor sería una separación, y aunque esto no es aprobado por la ley de Dios, pero sería más saludable para los dos.
Amar a dios sobre todas las cosa y mucha fe ante la oración sería la mejor forma de sanar. Orar, orar, orar, cada día y verá como todo cambiará. Encontrarás la sanación.
De la fe en Dios nunca debe dudarse, el es quien todo lo puede, pide y te será concedido. Amén! Amén! Amén!
Relaciones Matrimoniales, relaciones de amistad y laborales, se han visto afectadas por el celo.
El celo es inseguridad, cusa tristeza y dolor al pensar que ya no somos el centro de atención de nuestra pareja o de la persona que nos interesa, es tremendamente doloroso, porque nos pone a pensar e imaginar cosas que realmente no están sucediendo. Así poco a poco la persona va sucumbiendo ante esta vorágine destructiva. Si no se busca ayuda a tiempo, puede ser mortal, pues muchas personas inclusive han llegado a cometer el gran pecado de quitarse la vida o quitarle la vida a su pareja por celos. He allí lo peligroso de este sentimiento, el cual con mucha razón han llegado a calificar o definir como malsano y diabólico.
Por eso debemos buscar refugio en la palabra de Jehová, pues él nos advierte del celo y también nos dice como protegernos del celo.
Algo que está muy claro y es una contundente verdad es que el mejor remedio, la cura definitiva para el celo es el amor puro y verdadero, pues ese no permite ninguna duda ni deja espacios para que pueda entrar en nuestros corazones.
La persona celosa vive constantemente en sospecha, es recelosa, llena de inquietud, así no se puede vivir en paz, porque estás constantemente en angustia.
Así no se puede mantener un matrimonio o relación, pues el celo es destructivo, es como un fuego pequeño que comienza en un bosque el cual si no se apaga a tiempo, se convierte en gran incendio de dimensiones catastróficas que destruye todo. Por eso hay que buscar a Dios él siempre nos ayudará a superar cualquier crisis en el matrimonio.
Los celos son un sentimiento tan mezquino y dañino que destruye la armonía la relación entre las personas. “Digo entre personas”, ya que lo vemos muy a menudo, destruyendo una relación entre parejas “Matrimonio”, sino también relación entre amigos, compañeros de estudios, Compañeros de trabajo, entre familiares, hermanos, etc. El celo es una especie de sombra que se cierne sobre la pareja, es algo diabólico, por eso debemos acudir a buscar ayuda y refugio en la palabra de Dios. Él Siempre tendrá las respuestas y nos dará la solución para curar y alejar ese sentimiento de nuestros corazones.
La relación de dos personas, debe estar fundada o soportada en el amor y confianza mutua, la cual se debe demostrar siempre para que esa relación se fortalezca y nada la pueda destruir. Cuando el celo se presenta, es como una infección que si no se cura a tiempo puede hacer mucho daño.
Oremos siempre y pidamos a Dios que no permita que nuestra relación se marchite con ese sentimiento. Que el amor reine siempre en nuestro corazón y que lo fortalezca por siempre, blindándolo de esos ataques malignos.
Cuando una pareja se une en el vínculo del matrimonio, bajo las leyes de la Cristiandad, al ser bendecido por Dios, tendrá un escudo contra ese sentimiento malsano. Porque cuando quiera presentarse, Dios lo espantará de nuestras vidas, así como el buen Pastor espanta al lobo que quiera dañar a sus ovejas.
Nunca falta que en el hogar se presente el sentimiento del celo, ya sea porque la persona comienza a desconfiar de su pareja o porque otras personas lo siembren en el corazón, pues puede ser alguien que cómo la serpiente del paraíso, movida por el sentimiento de la envidia, lo lleve para causar discordia, sembrándolo en el corazón de la mujer o del hombre.
Ya lo advierte
Corintios 1:13
Pero temo que así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo.
Nunca abandonemos la fe en nuestro señor que él siempre cuidará y protegerá a nuestro hogar de ese sentimiento perverso.