Tuvieron que ser unos momentos realmente angustiosos y terribles, pues creo que a menor escala, más o menos todos hemos tenido una desagradable experiencia de este tipo y se pasa realmente mal. Por fortuna, y me permito felicitar también a tu acompañante, Aníbal, tuvo la suficiente capacidad de reacción y el suficiente conocimiento de los auxilios adecuados, para practicarte lo más recomendable en estos casos, que es, si no me equivoco, abrazar por detrás e imprimir cierta fuerza sobre el plexo solar, que permita evacuar la mala ingesta. Me alegro enormemente de la feliz resolución y desde luego, me permito reflexionar acerca de que nunca se sabe en qué momento, ni tampoco de qué manera, podemos encontrarnos con un desenlace no esperado. Un afectuoso saludo