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Capítulo 31 índice Capítulo 33

Parte IV


32

Olvidado

Mar de la Tranquilidad, 9 de Septiembre del 2047

Al levantarse del suelo, Gwen se sentía desorientada. Había golpeado fuertemente la pared de la nave y se sentía como si hubiera caído por una escalera de cien escalones, pero algo andaba mal. Levantarse fue muy fácil, demasiado fácil, especialmente debido a cuánto le dolía el cuerpo. Antes de que su mente pudiera procesar las sensaciones, su facilidad de movimiento disparó un recuerdo, una sensación, el recuerdo del sabor del agua en la colonia, un recuerdo de Marte Uno. ¡Casa!

¡No! No era Marte Uno, pero tampoco era Francia, tampoco estaba en órbita como lo estaban antes. La gravedad se sentía sólida, estable, pero poco familiar a pesar de traerle recuerdos. Dio un pequeño salto para saber a qué se estaba enfrentando, y los aproximadamente sesenta centímetros que se elevó sobre la tierra lo confirmaron. Tampoco podía ser su hogar. Luego de tantos años en la Tierra se había vuelto fuerte, pero no tanto. No, no podía estar de vuelta en Marte, ¿En dónde estaba entonces? Acaso era…

"¡Estoy en la luna!" —gritó confundida, la cara desorientada del Agente la miró. Estaba sentado ahí, atado, observando de un modo distinto.

Comenzó a observar alrededor de la luna, la cara del viejo hombre la observaba con expresión que solo se podía describir como de asombro. Gwen volteó de vuelta hacia el Agente de Nueva Zion.

"¿Por qué estamos en la luna, señor?" —preguntó en un tono amigable pero seguro.

"Cabo J.W. Bridgewater. Segundo régimen de la infantería del Caribe Norte."

Al notar la mirada burlona de Gwen, el Agente se detuvo en su respuesta formal.

"En serio debes mejorar tu actuación, Señor soldado, ustedes no han tenido una infantería activa desde que se firmó la tregua hace siete años —dijo Gwen. Luego, al ver al hombre mayor sentado junto a una de las mesas, atado a la base con un gran número de cables metálicos, este levantó su dedo índice, como un niño en clase queriendo intervenir— ¿Sí?"

"Siento interrumpir, señorita, pero el novio y yo hemos sido borrados."

Gwen volteó de nuevo hacia el Agente, veía la confusión en la mirada del Cabo Bridgewater, o cual sea su nombre real, creciendo.

"Debería darle un espejo, señorita, o no le creerá. Aún no sabe que estamos en el 2047, señorita. Yo pensaba que estábamos en el ochenta y tres por un momento antes de ver mis manos. Antes de que la señorita hablará en mi cabeza yo tampoco sabía que estábamos en el 2047."

"El viejo o perdió la cabeza o trata de engañarme" —pensó Gwen— "Mejor concentrarme en el Agente."

"No me importa su nombre o rango, Señor Bridgewater. Dígame, ¿Por qué estamos en la luna, señor? Oh, y sólo para asegurarnos, dígame en qué año estamos."

El Agente le miró con molestia.

"No sé qué clase de juego tienen tú y aquel viejo, pero no dejaré que me hagan creer que estamos en la luna y tampoco me harán creer que estamos en el futuro. ¡No caeré en sus trucos!"

"¿Trucos? ¿Qué año es este, Señor?"

"Es el 2038, lo sabe tan bien como yo, señorita. Sus trucos no son suficientes para hacerme creer lo contrario."

"Le dije que fuimos borrados, señorita" —habló el anciano— "Él perdió sólo nueve años, yo perdí más de sesenta. ¡Dele un espejo!"

Gwen se comenzaba a preguntar ¿Estaría el anciano en lo cierto? ¿En serio pensaba el Agente que estaba en el 2038? ¿O estaban coordinando sus habladurías sobre ser borrados? Entonces recordó sus primeras palabras: “Cabo” Bridgewater.

"Ok, 'Cabo' vi cómo se movía antes, tiene habilidades, habilidades de agente. Piense de nuevo, si usted es un cabo como probablemente era en el treinta y ocho, ¿Cuándo y en dónde adquirió esas habilidades?"

La expresión en la cara del Agente cambió. O en serio había olvidado nueve años y se acababa de dar cuenta de que tenía habilidades de combate que no recordaba haber adquirido, o en serio era un actor increíble.

"Él no recuerda, señorita. Él no lo sabe. Si en serio estamos en la luna, señorita, sólo ella lo sabría, sólo la señorita en mi cabeza. Ella o el joven piloto."

Gwen miró al anciano. Claramente estaba loco, pero por ahora, era su mejor oportunidad para hallar las respuestas que tan desesperadamente necesitaba. Un tipo loco hablando sobre una señorita en su cabeza, pero al menos cooperaba.

"¿Qué joven piloto?"

El anciano apuntó hacia el joven que yacía atado en la parte de atrás de la habitación en lo que parecía una posición muy incómoda. Estaba inconsciente, ¡O peor! Gwen caminó hacia él, su pecho se movía, estaba respirando, estaba con vida al menos.

"¡Chico, chico, despierta! Gwen agitó su hombro. Se exaltó al ver que respondía, abrió sus ojos y la cio con una mirada desorientada. Sabía que no podría hacerle hablar, qué dolor de cabeza era interrogar gente sin la inyección de la verdad. Pero entre un anciano loco y un Agente que no sabía si había perdido nueve años de memoria, debía saber si no estaba echado a perder también— Sé que parece una pregunta extraña, chico, pero ¿Tienes idea de dónde estamos y de cómo llegamos aquí?"

El chico la miró intensamente de un modo que expresaba un miedo como el que Gwen jamás había visto en los ojos de nadie. El miedo que percibió casi la asustaba a ella también.

"¡No me creerá cuando le diga, pero corremos un peligro mortal! ¡Debe despertarla! Debe despertar a Azraella antes de que nos asesinen. ¡Estamos en la luna y debemos salir de aquí de inmediato! Por favor, señorita, ¡Debe despertarla!
El chico estaba aterrado. Su voz, sus ojos, todo hablaba sobre un peligro inminente de un modo que agregaba más urgencia a su petición. Necesitaba respuestas aun así, necesitaba ayuda, pero algo en aquel chico le hizo sentir que podía confiar en él. Ella debía confiar en alguien, y entre aquel niño asustado, el viejo loco y el nuevo Agente, el chico parecía ser la única opción que tenía. Gwen tomó la llave que le había dejado su abuelo y comenzó a a soltar los candados de las cadenas que le tenían apresado como a los otros dos."

"Sé que estamos en la luna, chico, pero si estamos en peligro, ¿Estamos en peligro de qué?"

"¡Fenrir! Él es… El va a…"

"Relájate, chico. ¿Qué es Fenrir?"

"Un robot asesino gigante con forma de lobo, señorita. Él y Sleipnir… la nave, ambos están relacionados y se odian. ¡He visto lo que Fenrir puede hacer! Debe despertarla, señorita. Él es muy orgulloso, y a menos que Azraella hable con Sleipnir y a menos de que pueda pilotarlo fuera de aquí, ¡Fenrir nos matará a todos!"

"Ve, señorita, ¡No estaba mintiendo!" —dijo el anciano— "Es ella, la señorita en mi cabeza, es Azraella. Pensaste que estaba loco, ¿Cierto, señorita? ¿Ve que no estoy loco?"

Gwen recordó la nave como la vio antes de despertar en la mesa, una nave con forma alargada y ocho patas. Ocho patas como el caballo octópedo Sleipnir de la mitología Escandinava que había aprendido en la escuela. Fenrir, el horrible lobo gigante de la misma mitología. Se sentía como si hubiese terminado en un manicomio, como si todos estuvieran locos menos ella. El cerrojo cayó al suelo. El chico, a diferencia de los otros, estaba atado con un solo cerrojo atado a tres cables. ¿Acababa de soltar a un loco? Se comenzaba a preguntar si había cometido un error desatándolo. El chico comenzó a registrar toda la habitación, luego se apresuró hacia una figura gris en una litera.

—"¡Rápido, señorita, debe levantarse antes de que sea muy tarde!"


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