No hay nada peor que esa pérdida, es muy difícil de superar, pero si hacemos las cosas bien mientras están vivas, luego de su partida, las recordamos con una sonrisa, y puede que una que otra lágrima se asome, pero no de tristeza, sino de cariño y amor (lo sé porque así recuerdo a mi abuela y a mis tías queridas).
Por eso mismo intento hacer lo mejor por consentir a la mia, mientras la tengo, aunque recientemente la vi morir y compartí esa experiencia. Si te animas, puedes verlo e mi Blog.
Te mando un fuerte abrazo.
Muchas gracias. Me alegra que tengas conciencia de la bendición que tienes, otro abrazo para ti.